Perdidamente Enamorado

Más problemas........para Hermes.

-¡No puede ser! ¡Solo me descuide un segundo!.

Nos encontramos en las calles de Orario dónde cierto dios viajero corria lo más rápido que podía a la torre de Babel, precisamente a su último piso.

Está mañana cuando fue a la oficina de su capitana para insistir nuevamente en que tomara sus vacaciones se llevó la gran sorpresa que no estaba allí y en ningún lado de su sede.

Inmediatamente llegó a la conclusión que la culpable fue Freya y sus sospechas fueron confirmadas al ver una nota que estaba encima del escritorio de Asfi.

"Si quieres recuperar a tú capitana sana y salva ven a la torre de Babel, depende de lo que digas ella vivirá o no.

Atte:Ottar".

Era lo que decía la dichosa nota.

Aunque si observaba un poco más abajo podía ver otras pequeñas palabras con una letra distinta.

"Mentira, yo no fui".

Decidió no tomarle importancia a eso y emprendió su viaje a Babel para salvar a Asfi.

Y ahora nos encontramos en la situación actual dónde Hermes corría y corría por los escalones de la torre de Babel pero ya estaba exhausto pero al recordar que Asfi estaba en peligro se motivaba a seguir adelante.

Minutos después llegó al dichoso último piso donde estaba la puerta que conectaba con la habitación de Freya dónde estaba Ottar parado haciendo de guardia.

-h........ho........hola -saludo el Dios como pudo intentando recuperar el aliento.

Ottar simplemente ignoro el saludo observando el techo del lugar.

-¿pu.....puedo p...pasar? -pregunto ya un poco más calmado.

-si...............creo -respondio un tanto dudoso el giganton apartándose de la puerta para que Hermes entrara.

Este al ver que Ottar le dió paso se armó de valor y entro a la habitación con la esperanza que Asfi estuviera allí.

Desgraciadamente solo estaba Freya con una sonrisa sentada en su trono con una copa de vino en sus delicadas manos.

-¿Dónde está? -pregunto sin ocultar su enojo.

-¿Dónde está quien? -dijo Freya sin borrar su sonrisa.

-¡Tú sabes de lo que.......

-no, no, no Hermes, no me levantes la voz, cualquier acción estúpida que hagas lo lamentara tú capitana -advirtio Freya dejando su copa de vino a un lado.

Hermes solo apretó sus puños frustrado para intentar contenerse y no hacer una estupidez aunque ya hizo muchas estupideces a lo largo de su existencia y esta es una de las consecuencias.

-¿Que fue lo que hice? Según el trato era que yo fabricaría la poción y no le harías daño a Asfi, no he roto mi promesa.......¿Porque? -pregunto sin entender el actuar de Freya.

-te diré el porque Hermes -dijo Freya con el ceño fruncido-. Resulta que mi conejito sigue enamorado de esa chica oriental.

Ante esas palabras Hermes abrió los ojos lleno de sorpresa.

-asi que al final se enamoró de verdad -penso el Dios evitando mostrar su emoción ya que si la mostraba Freya lo mataría en ese mismo lugar.

-¿Porque Hermes? Tú dijiste que los efectos de la pocion ya habían terminado pero resulta que Bell-kun sigue enamorado de ella, si resulta que todo lo que me dijiste fue una mentira tú hija pagará -amenazo con enojo.