Don't save me (Camren Fic)

XVI - SOMEBODY TO YOU

— ¡Gwen! —exclamó Camila sorprendida. Apartó la silla de golpe—. Tú deberías estar...

            —En un vuelo hacia Hawaii, pero cambié de opinión y quise venir a buscarte —dijo Gwen con esa sonrisa que Lauren tanto detestaba—. Lauren, veo que ya volviste. ¿Cómo estuvo tu pequeña escapada?

            Esa vez fue Dinah quien empujó su silla, Camila se puso entre las dos de inmediato, los demás veían la escena sin entender lo que pasaba.

            —Ya nos vamos. Gracias por todo —Camila se llevó de la mano a Gwen y salieron del apartamento. Las conversaciones volvieron, pero aquella vez sobre lo ocurrido, Jasmine y Spuck conocían a Gwen, ninguno de los dos parecía sorprendido por su actitud. Lauren miraba a Dinah intrigada. Cuando terminó la cena y recogieron los platos vio su oportunidad para abordarla.

            —No te cae bien, Gwen —le dijo de manera casual en la pequeña cocina donde Dinah se encargaba de lavar.

            —No me digas —respondió con sarcasmo.

            —Gwen estuvo saliendo como dos años con Camila, ¿verdad?

            —Los peores dos años de mi vida —fue su respuesta mientras restregaba una de las bandejas.

            —No fuiste al St. John, ¿o sí? —no recordaba haber hablado con Camila al respecto.

            —Cuando Camila entró tuve celos de su lindo uniforme y las enormes canchas, nada comparado con la mugrienta secundaria donde yo estudiaba, entonces conocí a Gwen Fairfax y se me pasó.

            —Gwen no parece ser tan mala.

            —Pero lo es —Dinah dejó el plato que estaba enjabonando y  miró a Lauren como evaluándola—. Eres terca, cuando las cosas no salen como tú quieres, te pones de mal humor. En eso te pareces a Regina y es por eso que me caes un poco bien, me desesperas, pero no me desagradas. En cambio Gwen, tiene una manera de hacer que el mundo obedezca sus deseos y caprichos, eso es algo que no aprecio, esa sonrisa estúpida la tiene tatuada en la cara porque no importa qué pase, siempre ganará.

            —Es una pena que tu mejor amiga escogiera a alguien así —dijo, las palabras de Dinah estaban llenas de desprecio, Lauren casi sintió las ganas de abrazarla y después comenzar a planificar la quema de Gwen en una hoguera.

            —Ya veremos cuánto le dura la elección —tomó la esponja y otro plato, Lauren entendió que la conversación había terminado.

            No era tan tarde cuando los invitados comenzaron a despedirse, era jueves por la noche y la mayoría tenía clases a primera hora el día siguiente. Ally y Lauren acompañaron a Normani a tomar un taxi hacia el aeropuerto, debía volar esa noche de vuelta a Los Ángeles. Con ayuda de Dinah dejaron todo limpio y estuvieron listas para irse a dormir, sus manos estuvieron ocupadas durante el proceso y su cabeza también. No dejaba de preguntarse dónde estaba Camila, a dónde se la había llevado Gwen. No le molestaba tanto que hubiera irrumpido en su fiesta sino que la privara de las conversaciones incómodas con Camila.

            Dejó de pensar en ella cuando entró a su habitación y encontró con lo que quedaba de ella. No era un panorama alentador y le ponía los pelos de punta pensar que hacía poco más de un mes había sido capaz de semejante destrucción. Armada con bolsas plásticas y paciencia infinita, comenzó a recoger las consecuencias de su ira. Tiró los mapas a la basura excepto uno, era un mapa de Manhattan colorido, le faltaba un pedazo grande. Sobre el escritorio, que ya estaba despejado, lo armó y decidió que lo enmarcaría, como un recordatorio.