Don't save me (Camren Fic)

XXI - READY TO RUN

Lauren intentaba controlarse cuando lo único que quería hacer era bailar en ropa interior en el hall de entrada de la residencia, Gwen ya no estaba en la vida de Camila, no tendría que ver su sonrisa arrogante y sus gestos burlones, no tendría que escucharla hablar sobre cosas que de verdad no le interesaban y no pensaría en el hecho de que algunas noches Camila compartía la cama con ella. Quería estar más feliz de lo debido y sin embargo, no podía estarlo, un extraño sentido de decencia se lo impedía, no podía celebrar la ruptura cuando ella estaba con Keana. Por Dinah se había enterado de que poco a poco Camila estaba mejor, mucho más animada y con un apetito voraz. Quería comprarle helado e invitarla a pasear por las calles de New York mientras charlaban, pero no podía hacerlo.

A veces creía que podía terminar las cosas con Keana e intentarlo una vez más con Camila, ese no tenía por qué ser ese final, no cuando Camila se había dado cuenta de lo que ya todos sabían, que Gwen era la imbécil más grande de todas. El estado de su relación con Keana era confuso, no tenían un título para lo que estaban haciendo, pero sí que lo hacían con frecuencia, llevaba dos semanas donde iba a su apartamento sólo por ropa. Se engañaba diciéndose que esas ganas de buscar a Camila se le pasarían si se alejaba y evitaba encontrarse con ella, pero no estaba funcionando. En la noche cuando veía fijamente el techo del apartamento de Keana escuchando su lenta respiración y sin poder dormir, Lauren pensaba en Camila.

Como si no fuera suficiente con sus propias ideas, sus amigas no colaboraban, una tarde se encontró a Dinah saliendo de la biblioteca central de la universidad y le preguntó directamente cuándo invitaría a salir a Camila porque ya estaba cansada de esperar. Después se enteró de que el chat "Camren feels" había cambiado de nombre a "Camren is real", al parecer sus amigas tenían fe y Lauren no podía evitar tenerla ella también. Su debate interno salió a relucir en sus consultas con Sunny Fields quien le recomendó tomar un riesgo, era el último consejo que esperaba. Para arriesgarse, primero debía terminar las cosas con Keana y esa era una conversación que no quería tener.

La oportunidad para encontrarse con Camila llegó de forma inesperada y gracias a Jasmine, siguiendo su costumbre de no poder quedarse quieta en la ciudad, las invitó a pasar el fin de semana en la playa. Con la primavera en pleno, quizás podrían nadar o al menos tomar el sol. Keana también estaba invitada por lo que la oportunidad de compartir habitación con Camila estaba más que descartada. Lauren se daba cuenta de que ella misma se saboteaba, no tenía por qué pensar en su vecina de esa manera.

El grupo era grande y se instalaron en la casa de Jasmine y Spuck. Apenas terminaron de instalarse, rápidamente se movieron hacia el área de la piscina. El olor del mar llenaba a Lauren de cierta calma, le recordaba a casa e inevitablemente a las tardes que pasó con Camila tiradas en la arena, antes de que las cosas se complicaran. El cielo estaba despejado y una corriente de aire ligera le alborotaba el cabello, a diferencia de los demás, ella decidió quedarse sentada a cierta distancia, estar lejos le daba perspectiva. Pronto llegaría el verano y con él tiempo libre, lo lógico era comenzar a armar su carrera, encontrar una pasantía de verano, pero no confiaba en estar lo bastante bien como para manejar el estrés, debía manejar las cosas con calma, un paso a la vez. Tampoco sabía qué sería de ella y de Keana cuando las vacaciones llegaran.

Desde su puesto podía ver a Ally y a Troy que flotaban en la piscina hablando en voz baja, Spuck estaba sentado en una silla inflable de color rosado y bebía de una copa con un pitillo. Camila y Dinah competían por quién aguantaba por más tiempo la respiración mientras Brad las supervisaba entre risas, Jasmine estaba sentada en el borde de la piscina observándolos y de vez en cuando decía algo. Eran momentos simples, el producto de un esfuerzo y sin embargo sentía que una pieza estaba fuera de lugar. Keana la abrazó desde atrás y le dio un beso en la mejilla.