Don't save me (Camren Fic)

II - FROM EDEN

“Luego él se echaría hacia atrás en su silla y juntaría las puntas de los dedos formando un pequeño campanario y me diría por qué no podía dormir y por qué no podía leer y por qué no podía comer y por qué todo lo que la gente hacía parecía tan tonto, porque al final sólo morían..”

            Lauren leyó la frase por tercera vez y finalmente cerró el libro. Se encontraba en su primera clase del día jueves, hasta el momento su primera semana del semestre marchaba con regularidad, pero fuera de clases era una historia diferente. Le había prometido a Ally que buscaría un psicólogo, todo para que ella no llamara a sus padres, pero antes le pidió tiempo. Su amiga le dio un ultimátum y si pare el viernes no tenía a alguien que la tratara, entonces haría la llamada.

            ¿Qué era lo peor que podía pasar? Sus padres la harían volver a Miami y la tendrían encerrada en casa hasta que recibiera tratamiento y si no mejoraba, la encerrarían en una clínica psiquiátrica en Montana o algún lugar igual de remoto. Tal vez Iowa, no sonaba tan mal, podría pasar el resto de su vida tomando antidepresivos y arrojando cosas contra las paredes, nadie la obligaría a sentir o a ser coherente. Abrió su computadora y se quedó mirando fijamente el fondo de pantalla, era una foto de ella con sus hermanos cuando eran pequeños, en aquel tiempo todo era tan fácil. Estaba ocupada deseando tener seis años de vuelta cuando alguien se dejó caer a su lado, gran parte del salón estaba vacío, podía haberse sentado en cualquier sitio, pero decidía incomodarla. Cuando giró la cabeza para mirar a ese alguien, se encontró con una sonriente Camila.

            —Buenos días, Lern Jergi —saludó Camila con entusiasmo.

            —Lauren, me llamo Lauren.

            —Lo sé, Lern Jergi.

            — ¿Qué haces aquí? —preguntó Lauren ya molesta. Esperaba que con su primer desencuentro hubiera sido suficiente, pero tanto Ally como Camila parecían querer que se formara una amistad entre ellas, en cambio Dinah se mantenía lo más lejos posible de Lauren, como debía ser.

            —Lo mismo que tú, es mi primera clase de Introducción a autores Latinoamericanos —respondió Camila, provocando que Lauren se llevara las manos a la cara, no podía creer su suerte.

            —No somos amigas —le dijo una vez se hubo destapado la cara.

            —No sé si podría ser amiga de alguien que habla tan poco —dijo Camila sin ofenderse.

            Si Lauren había escogido esa clase en particular no era porque sintiera nostalgia por sus raíces, en su casa apenas si se hablaba español. Simplemente le había parecido una clase tan diferente que nadie en su sano juicio la tomaría, a Lauren le molestaban las clases con demasiados alumnos y estaba segura de que en esa no tendría más compañero que las lecturas del curso. El profesor era un simpático hombre de baja estatura y acento marcado, Lauren tomó nota de cada palabra que decía y a su lado, Camila hacía lo mismo. Durante la clase había procurado no mirarla, pero no podía evitarlo.

            —Trabajaran en parejas, a cada equipo se le asignará un libro y semanalmente deseo recibir análisis de la lectura —dijo el profesor desde su estrado y comenzó a nombrar a los estudiantes—. Cabello, trabajará con Jauregui. Su libro será 20 poemas de amor y una canción desesperada de Neruda.

            Lauren cerró su computadora de golpe y cargada con sus cosas, salió del salón. No quería tener que trabajar con Camila, no quería tener que trabajar con nadie, quería estar sola, quería paz y quería estar bien. Caminó y caminó, olvidando que tenía otra clase a la que se suponía que debía asistir. Las tiendas y las calles pasaban y Lauren no se detenía. ¿Qué estaba pasando con ella? Le habían asignado una compañera de trabajo, no la habían condenado a muerte.