Noventa y ocho

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-¡Momooooooring!

La pelinegra volteó al escuchar el grito de Tzuyu, su expresión seguía tan melancólica como esa misma mañana.

La pelicorto casi la hace caer por el sorpresivo abrazo, zarandeandola mientras dejaba sonoros besos por todo su rostro y cuello, entre frases como "Te quiero", "Te amo", y "Bebé linda", hasta hacer reír a Momo por lo molesta que estaba.

-Tzu- murmuró la pelinegra, empujando a Tzuyu para que la dejara respirar.

La pelicorto se apartó, pero dejó sus brazos rodeando el cuello de Momo.

-Estás bien, Momoring— murmuró Tzuyu, por más que sonreía sus ojos estaban brillantes de lágrimas, sin poder evitarlo, volvió a abrazarla, escondiendo el rostro entre el hombro y el cuello de su novia—. Estás bien— repitió.

Momo sonrió, abrazó a Tzuyu con ganas, también escondiendo el rostro en el hombro de su chica.

-¿Feliz? preguntó la pelinegra.

-Si pudiera explotar de felicidad, sería una bomba atómica— dijo Tzuyu, haciendo reír a la chica.

Se separó de ella para mirarla con toda la gratitud del mundo.

Acarició sus mejillas con suavidad, borrando unas lágrimas, para luego inclinarse sobre ella, para besar sus labios con lentitud, recorriendo toda su esponjosidad; perdiéndose ambas profundamente en sus sensaciones.

Ninguna pudo borrar su sonrisa, ni siquiera los cariñosos y lentos movimientos de sus labios.

♡Mute¹~ MotzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora