Cap 16

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Mijares: ¿Quieres que pare? - ya estaba todo dentro de ella, parado... sabía que ella estaba sintiendo dolor - podemos intentar otra hora - habla con cuidado.

Mayte: No!... no para - acariciaba su rostro - quiero seguir - sonríe y le besa.

Mijares le devuelve el beso y comienza a moverse poco a poco, con cuidado para no lastimarla. Ella acariciaba su cuerpo como podía, sentía dolor pero lentamente ese dolor daba lugar al placer. Se había equivocado todo aquel tiempo al pensar que no sabría qué hacer, pues su cuerpo reconocía el suyo, recordaba su olor, su calor... recordaba sus toques. Allí todo venía en sus recuerdos. Cuando se ama, no importa el tiempo y la distancia, siempre se recordará cada detalle, por pequeño que sea.

Mayte: Aaaah - suelta un gemido un poco fuerte, apretándolo... sentía una fuerte corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, sabía que no iba a aguantar mucho tiempo.

Mijares: Amor - gime apretando su muslo, aquel gemido de ella le volvía enloquecido... él pone una de sus piernas en su cintura y poco a poco va aumentando sus movimientos - te amo May... te amo - hablaba jadeante, sin parar de penetrarla.

Mayte: También... te... amo - cierra los ojos sintiendo bastante placer - va más... rápido - pide con vergüenza.

Mijares: Así - aumenta sus movimientos - qué delicia - jadeaba.

Mayte: Aaaaaah - arquea un poco su espalda - esto - aprieta las sábanas - yo... amor... no se detiene, gime sintiendo que llega su orgasmo.

Mijares: No me detengo - aumentaba sus movimientos - vamos juntos May... juntos amor - estaba a punto de estallar en un maravilloso orgasmo.

Ellos intercambian algunos besos más y pronto llegan al orgasmo juntos. Mijares deja que su cuerpo caiga sobre ella sin por su peso. Mayte intentaba controlar su respiración, sentía que su cuerpo flotaba. Había sido una de las mejores noches de su vida, su hermana y Fernanda tenían toda la razón. Era como andar en bicicleta, nunca se olvidaba y, de hecho, no olvidaba nada, solo temía que su cuerpo no le agradara. Pero todo fue tan perfecto, que se sintió una tonta por huir de él.

Mijares: Estás bien? - rompe el silencio que había entre ellos.

Mayte: Mejor sería imposible - sonríe acariciando su espalda - fue perfecto mi amor.

Mijares: Era todo lo que quería oír de tu boca - sonríe mirándola - eres perfecta May - sal de dentro acostándose a su lado - todo lo que deseé fue tenerte... hacerte mía, como nunca debería haber dejado de ser, la pone en su pecho.

Mayte: Estamos aquí mi amor... somos el uno del otro - acariciaba su pecho - eso nadie podrá cambiar - sonríe mirándolo.

Mijares: Nadie - besa su cabello - ¿quieres algo?

Mayte: Sólo quedarme con usted - sonríe - sentir... nada más.

Así se quedaron, conversando y disfrutando, hora otra intercambiaban besos y caricias.

En la casa de Livia...

Ricardo había conducido unos minutos hasta allí, al llegar baja y toca el timbre. Ella abre la puerta.

Lívia: Ricardo - sonríe al verlo.

Ricardo: Hola - sonríe - siento venir a esa hora... no podía dejar para mañana lo que quiero hablarte - estaba nervioso.

Livia: ¿Todo está bien? - pregunta preocupada - ven, entra... ahí afuera hay un hielo - le da paso y luego cierra la puerta - ¿acepta un café? - mira.

Me Cuesta Tanto Olvidarlo (español) - Mayte y Mijares (Concluído)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora