Por ti, estoy dispuesto a cambiar.

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-Awwnnnn, como te lo dije hace rato, "Me reviviste" es nuestra canción- Dijo Lucero.

Manuel asintió con la cabeza, afirmando lo que Lucero había dicho.

-Lucerito... ven a mi casa, por favor-

Lucero se sorprendió mucho ante esa propuesta, pero eso era justo lo que ella quería.

-Voy en seguida, Manuelito-

Ambos colgaron la llamada.

Lucero tomó las llaves de su casa y salió casi corriendo de su habitación, optó por ocupar el elevador de su casa, para bajar lo más rápido posible. Abrió cautelosamene la puerta para salir, y caminó los 20 pasos que la separaban de su amado Manuel y en un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba frente a la puerta de la casa de Manuel Mijares. Justo cuando iba a tocar el timbre, Manuel abrió la puerta y con una dulce sonrisa le dijo -Pasa, reina-

Lucero muy sonrojada, le dedicó la sonrisa más encantadora del mundo, y entró a la casa de Manuel, ella recargó su cuerpo en el sofá.

-Y bueno, ya estoy aquí... así qu dime, ¿Qué es lo que necesitas?- Preguntó Lucero.

Manuel poco a poco se fue acercando hacia Lucero, hasta quedar lo más cerca posible de ella y le acomodó un mechón de cabello que le tapaba el ojo.

-Necesito estar cerca de ti-
Lucero sonrió.

-ven, vamos a sentarnos-

Manuel la tomó de la mano, para llevarla hacia el sofá, y tomaron asiento.

-Tengo algo muy importante que decirte...-

-¿Me vas a pedir matrimonio?- lo interrumpió Lucero y hubo un silencio incómodo.
-Malísima broma, verdad. Lo siento- dijo Lucero.

Manuel soltó una carcajada.

-Siempre me ha encantado que seas tan espontánea y natural- respondió Manuel.

-Bueno, es que tu y yo tenemos el mismo sentido del humor, muy negro- dijo Lucero.

-Es verdad- respondió Manuel.

-Tenemos las mismas cosas en común, somos parecidos en muchas cosas, tenemos los mismos ideales y pensamientos, bueno... hasta en la ropa, siempre nos vestimos combinados, nos complementamos muy bien-

-Si si si, tienes mucha razón- contestó Manuel.-

-Manuel... ¿Por qué siempre has sido tan serio, tan cerrado...Por qué?-

-Ese es uno de mis mayores defectos, y posiblemente una de las razones que nos llevó al divorcio-

Lucero bajó la mirada.

-Tu silencio me lo acaba de confirmar, la verdad es que soy un bruto, siempre lo fui, yo... A mi no se me da eso de ser romántico, nunca se me dio, quizás se debe a mi carácter, mi forma de ser...-

Lucero lo interrumpió:

-Tú eres el hombre más honesto, caballeroso, comprensible y amoroso del mundo, a tu manera... pero al menos cuando estuvimos casados, lo fuiste-

Manuel la miró fijamente y le dedicó la sonrisa más tierna del mundo, y acarició con delicadesa una mejilla de Lucero.

-Lo ves, tú siempre tienes las palabras indicadas, justo en el momento perfecto, eres tan dulce, siempre tienes algo lindo que aportar. Yo en cambio, no puedo, no me sale. Prefiero no decir nada, porque terminó regandola. Soy muy frío para decir las cosas y hasta parece que las digo con mala intención, pero no es así, simplemente es un defecto que tengo- dijo Manuel.

-Bueno ya, no nos pongamos a hablar de defectos, porque yo tampoco soy perfecta, he tenido muchas equivocaciones- respondió Lucero.

-Por ti estoy dispuesto a cambiar- dijo Manuel. -Es más, te lo prometo, te prometo que voy a cambiar esa manera de ser tan sería y fría que siempre he tenido, te prometo que seré el hombre que necesitas, seré detallista, y hasta romántico, te prometo que voy a cambiar, y lo haré por ti-

-No Manuel, hazlo por ti mismo- dijo Lucero.

-Por los dos- respondió Manuel y le dio un tierno beso en la frente a Lucero.
-Lo haré por los dos-

Lucero se acercó lo más posible a Manuel y lo abrazó.

-Eres un hombre maravilloso Manuel, por eso me enamoré de ti-

Manuel sonrió y la abrazó más fuerte. Fue un abrazo cálido y tierno, ambos lo necesitaban y se necesitaban, a Lucero se le bajaron unas lágrimas por la emoción de lo que estaba sintiendo en ese momento por lo acontecido.

-Bueno, pero tu tenías otra cosa igual de importante que decirme, no?- Preguntó Lucero.

-Si... Lucerito, dime el lugar en donde fuimos tan felices tu y yo, aquél cálido, hermoso y terapéutico lugar en donde vivimos momentos mágicos, tu, yo y nuestros hijos...-

-¿Te refieres a nuestro lugar?- Preguntó Lucero con entusiasmo.

-Si, aquél lugar que nos pertenece- respondió Mijares

-¡Acapulco!- respondió L respondió Manuel.
Lucero, de inmediato.

-¡LOTERÍA!- gritó Manuel gustoso.

-Bueno, pero y qué sucede con Acapulco?- Preguntó Lucero.

-Sucede que... ¿Aceptas pasar el año nuevo conmigo en Acapulco?-

Lucero se quedó boquiabierta y sin palabras.

-Año nuevo... ¿Dijiste pasar año nuevo juntos, en Acapulco?-

-Si... bueno, se trata de dar un concierto juntos ahí, en el mejor hotel de Acapulco. Por lo regular esos conciertos de fin de año y año nuevo, los hago yo sólo o con Emmanuel con el Twor Amigos, pero ahora mi prioridad eres tú, y es por ello, que elegí dar ese concierto contigo, y sé que sería mágico- dijo Manuel.
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