La princesa de la Torre

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Esta expectante. Ella va a llegar pronto, y averiguará si está enfadada por lo de la otra noche.

No quiere que lo pague con ella. Le hace daño. Le da miedo.

Mientras llega, la princesa se mira al espejo y se arregla el vestido. No le gusta su anatomía. Tal vez son esas curvas que todo el mundo desea lo que no termina de convencerla. Aquellas bolas de grasa le estorbaban. No podía ponerse camisetas pegadas porque parecían muy inapropiadas. No podía ponerse faldas cortas y tenía que vigilar sus pantalones cada minuto para asegurarse de que no se le marcaba la ropa interior. Lo detestaba.

Oye la puerta. Va a llegar enseguida. No tiene un buen presentimiento.

Ella llega y comienza a escupir insultos con la princesa. La heredera no esta de acuerdo con nada de lo que dice pero no se lo comenta. Por que no le gusta que le contradigan. Y cuando hace algo que no le gusta se porta mal con la princesa.

Quiere irse de ese pozo que es su compañía. Pero en el fondo sabe que no puede. Una pequeña parte de su corazón le dice que no puede hacerlo. Que tiene que aguantar. Porque ella es la princesa De La Torre. Y ahí se acaban todos los argumentos. No hay mas discusión para eso.

Asi que intenta comprenderla. Intenta ver por que piensa que todos ellos son unos amargados. Pero no puede. No puede por que su madre le ha advertido de ello. Y ahora tiene una mentalidad capaz de comprender a todos. Aunque puede que eso no sea tan bueno como parece.

Acaba el sufrimiento. Ella se va, diciéndole la única cosa bonita de todo el día. Y eso deja a la princesa pensando en si todo eso esta bien. Si todo ese sufrimiento por su sonrisa y aprobación vale la pena.

La respuesta es un no. Pero eso ella no lo sabe. Y no lo sabrá hasta que pase algo realmente grave. Y aún así, será capaz de darle una segunda oportunidad. Por que ella la llevó a donde esta ahora en una pequeña parte. Y tiene que devolverle el favor. Por tediosa que sea.