La princesa de la Torre

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Créeme, si no te has enamorado, no conoces el verdadero dolor.

Porque no es como en las novelas. No es como nadie haya escrito en ningún sitio, en ningún texto.

Estoy cansada. Estoy cansada de ser así. Estoy cansada de tener dos caminos que tomar. Estoy cansada de preguntarme estupideces y contestarme estupideces. Estoy cansada de llorar. Estoy cansada de tener que hablar con mi madre porque siento que no puedo confiar en nadie más. Estoy cansada de asustarte. Estoy cansada de que no me contestes. Estoy cansada de que no me abraces. Estoy cansada de ver a todo el mundo irse sin mi. Estoy cansada de pensar que soy la mejor, parpadear y darme cuenta de que en realidad todo es mentira.

Porque yo sé que tú, si tú, ya no me quieres. Siento que te molesto continuamente y no se como arreglarlo porque no te puedo leer. Porque eres la única persona con la que no consigo adivinar que quiere que le diga. Y eso me molesta. Me molesta demasiado, porque al fin y al cabo, no sé si realmente te gusta como soy.

Porque si nos paramos a pensar, estas saliendo con dos personas a la vez. Estas con la alegría y con la tristeza, combinándolo con un poco de homosexualidad y algo de romanticismo clásico.

Porque me preguntan que como lo sé. Que como se que eres mi alma gemela. Y es por eso. Porque se me rompe el corazón en pedazos cuando no me hablas. Cuando intento seguirte y no puedo. Cuando siento que te quieres marchar y yo no te dejo. Porque soy capaz de ir a buscarte para que me lo digas cara a cara. Para que me digas un te amo, que es absolutamente todo lo que necesito.
Pero se que no me lo vas a decir. Porque te doy asco. Te doy miedo, te doy vergüenza.
Que estoy dando vueltas alrededor tuyo y siento que te me vas. Que no puedo alcanzarte, y es lo que deseas. Quieres que yo no me acerque a ti. Y eso me parte en mil pedazos el corazón.

Por favor. Te lo ruego. Dímelo para que no me suicide. Dímelo para que no llore. Dímelo para que no me cuestione nuestra bonita y imperfecta relación.
Dime algo bonito por primera y última vez. Algo romántico, algo que me haga estar segura de que me quieres. De que soy suficiente para tí.