UshiHina OS

En Rutina.

Simpleza, esa era mejor manera para describirlo, siempre y cuando algo no tuviera que ver con el voleibol el era alguien de lo mas simple, nunca fue quisquilloso con nada, pero tenia una clara preferencia por seguir una rutina clara, todos los días sus comidas y bebidas consistían de los mismos vegetales, del mismo tipo de carne, la misma cantidad de arroz y el mismo sabor de bebida.

Para muchas personas el seguir una rutina de la manera en que el lo hacia podía parecer demasiado problemático, algo que para el era completamente inentendible, pues, por el contrario, para el era imprescindible seguir su rutina diaria y consideraba imposible el hacer algo fuera de esta, incluso si llegaban a suceder cosas inesperadas la realidad era que este seguiría haciendo lo mismo el resto de su día.

Dormir en el mismo futon, con el mismo pijama, a la misma hora y posición, siempre siguiendo una estricta regla en el orden de las cosas, se suponía que así debía ser, que nada debía de cambiar en su vida, fue por ello que el extraño desborde de nuevas emociones lo preocupo mas de lo esperado, después de todo eran sentimientos nunca antes experimentados y fue difícil superarlos.

Su horario de sueño cambio debido a que un sinfín de pensamientos llenaron su cabeza, siempre con las mismas imágenes presentes en sus sueños, le comenzó a costar el levantarse por la mañana debido al cansancio por dormir menos de lo que estaba planeado, su distracción en medio de las clases o entrenamientos se volvió mas constantes y llego a odiarlo por arruinar su rutina sin saber el porque.

Día tras día con los mismos pensamientos y sentimientos que pronto se volvieron parte de una nueva rutina en un intento de arreglar los problemas causados por estos, dándose cuenta mas pronto que eso no era una solución y volviendo al inicio de aquella rueda que le hacia cuestionar la razón de sus sentimientos, siempre golpeado por su propia incompetencia.

Comprender sus sentimientos fue difícil y demasiado tardado, sin embargo aceptarlos fue lo mas simple del mundo para el, no odiaba el amor a pesar de que no lo comprendía del todo, no se preocupa por el genero de la persona, no le interesaba si había ventajas o desventajas, incluso ignoro que este lo hubiera metido en problemas al haber sido rivales, nada le importaba en realidad, el no era alguien a quien le interesaran los pensamientos de la sociedad mas que sus propios sentimientos.

Jugo voleibol toda su vida por el amor al deporte, pensando desde siempre en mostrarle a todos su destreza sin importar los posibles obstáculos futuros, incluso si no se hubiera quedado en el Shiratorizawa el se hubiera esforzado por llevar lo mas lejos posible a su equipo sin importar que, era lo mismo con su interés romántico hacia el pequeño cuervo naranja del Karasuno.

Al principio fue extraño, dudo en la forma en que podría acercarse al chico, después de todo cuando lo intento los primeros días este actuó de forma nerviosa y asustada, razón por la que tuvo verdaderas dificultades a la hora de confesar su interés y aun mas a la hora de poder ser aceptado, pues mas de una vez el pelinaranja le cuestiono si era alguna clase de broma.

Tardo mas de un mes de búsqueda incesante, confesiones torpes y algunos regalos en lograr que este siquiera aceptara tener una cita, pero después de eso, como si el mundo hubiera dejado de ir en contra suyo su relación por fin pareció florecer, pues no paso demasiado antes de que la estrella del Karasuno por fin dejara de temblar a su lado y por el contrario comenzara a tratarle como una verdadera pareja.

Debía admitir que la falta de prejuicios en el pelinaranja fue algo que le alegro demasiado, pues Tendou le había advertido de aquella posibilidad, ser rechazado por ser un chico e incluso si no era rechazado su pareja podría querer ocultar su relación, algo que de hecho no sucedió, dando paso a una situación completamente contraria, pues este mas que esconderla decidió presumirla a todos los que pudiera.