❝Amar a una tormenta como ella es exactamente lo que quiero.❞
→ Amaya se había dejado llevar por la lluvia de poder, dónde el mundo shinobi esperaba que la heredera de la tempestad pudiera ser la más poderosa un día. Y ella conseguiría llegar a la c...
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SALVACIÓN.
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Amaya soñaba con ser feliz, y Sasuke quería cumplir su deseo. Sasuke no quería quedarse solo, y Amaya jamás dejaría de apoyarlo.
Ambos querían una futura venganza que causaría estragos en el mundo ninja. Y el menor de los Uchiha se prometió desde aquel fatídico día en el que lo perdió absolutamente todo, excepto a ella, que protegería a aquella chica y le devolvería su sonrisa en un futuro en el que ambos pudieran pisar el mundo sin tener que derramar ni una sola lágrima más.
Se lo prometió a sí mismo cuando ella salvó su vida, recordando cómo la vio llorar por primera vez al notar que su hermano no despertaba del profundo sueño que el mayor de los Uchiha le provocó con su genjutsu. Itachi casi le había arrebatado las cosas que más quería, acabó con su clan, con su vida, su familia y lo había dejado con vida por mero capricho para que después su propio odio le permitiera matarlo a sangre fría.
Jamás podría perdonarle el haberle arrebatado a sus padres y a toda su sangre, no le iba a permitir dañar a la única persona que le quedaba. Pero, ¿qué podía hacer él, siendo un chico débil que ni siquiera podía hacerle frente a sus miedos?
━Amaya...━la rubia escuchó la débil voz de Ryo llamarla, y esta de inmediato tomó su mano con fuerza sin querer separarse de su lado.━N-no llores por favor, estoy bien.━le pidió observándola con tristeza, ella realmente sufriría si él se llegaba a separar de su lado.
El ojiazul soltó un suspiro tratando de calmar a su hermana menor, preguntándose a sí mismo si toda aquella situación tan caótica realmente debía de llegar tan lejos. Él solo quería proteger a la rubia, a la aldea y a las nuevas generaciones; pero no sabía si realmente había tomado el camino correcto aquella noche. El solo recordar las lágrimas de Shisui antes de que se marchara por siempre y el dolor de Itachi le hacían dudar aún de sus crímenes ya cometidos.
Ryo sentía que ni siquiera merecía continuar con vida después de lo que había hecho, fingiendo ser un inocente más tras el accidente. Pero debía esperar para cumplir su objetivo y ser capaz de proteger a su propia sangre y a la persona que más quería.
