Peligroso sentimiento (KookJin) •Adaptación• [Traducción]

Capítulo 2

JungKook fue el primero en correr al lado de ChanYeol. Por precaución, sacó su Beretta, pero la guardó en cuanto estuvo lo suficientemente cerca para examinar al joven.

ChanYeol no fingía. Tenía la tez gris y la piel húmeda de quien ha tirado demasiado de la cuerda. JungKook se giró para mirar a HeeChul.

—Está realmente fuera de sí, señor. Y muy golpeado, si no te importa que lo diga.

—¿Qué tan malo?—, preguntó HeeChul sin moverse ni un centímetro.

SeokJin sintió una punzada de celos cuando JungKook abrió lo que quedaba de la camisa de ChanYeol para palparle el pecho con delicadeza. Aparte de que odiaba que su amante tocará a otro hombre -y a éste en particular- incluso para hacer su trabajo, le recordaba demasiado a cierto callejón, donde había sentido por primera vez las manos de JungKook en su piel. Un recuerdo que no deseaba ver mancillado por ver a su guardaespaldas meter mano a nadie más.

—Probablemente tenga las costillas rotas— diagnosticó JungKook, incorporándose.

—SeHun, ve a buscar a Doc— ordenó HeeChul sin apartar la vista de ChanYeol —Nos dirá exactamente lo que está pasando.

—Enseguida, jefe.

El esbirro se marchó, mientras SeokJin interrogaba a su padre, señalando a su invitado sorpresa con la barbilla:

—¿Puedes creerlo? Sin embargo, admito que tengo dudas sobre el hecho de que no esté fingiendo sus heridas, y que me cuesta imaginar que se trate de un plan para infiltrar a ChanYeol en nuestra casa. Sé que estamos hablando de los Park, pero incluso para cerebros tan retorcidos como los suyos, sería más que una exageración.

Los iris turquesa se posaron en el todavía débil ChanYeol, llenos de la misma repulsión que habrían mostrado al mirar una cucaracha.

—No me lo imagino con un hombre.

—A decir verdad, yo tampoco puedo—, admitió su padre. —Es inesperado, por decir lo menos.

La atención del mafioso se dirigió a BaekHyun, que no había dicho una palabra ni se había movido de su silla.

—¿Le has dejado entrar?

El joven se estremeció violentamente, pareciendo volver de repente a la realidad, antes de asentir en silencio. Avergonzado, SeokJin se dio cuenta de repente de que había descuidado por completo a su primo, a quien la escena debía traerle muy malos recuerdos. Las numerosas heridas y magulladuras de ChanYeol eran tan similares a las que había recibido BaekHyun que SeokJin sintió como si hubiera retrocedido en el tiempo y estuviera viendo a un adolescente que había sido herido hasta quedar irreconocible. El heredero estaba a punto de unirse a BaekHyun cuando se abrió la puerta y entró Makari, el médico de la familia.

—¿A quién debo parchear esta vez?— Al mismo tiempo, su mirada se posó en la forma que yacía en el suelo.

Levantó una ceja cómplice.

—Ya veo... ¿Puedo tener una idea del tipo de golpes que recibió?

—Le daría esa información si fueran mis hombres los que lo hubieran puesto en ese estado, sólo que resulta que yo no tuve nada que ver.

—Yo tampoco, por desgracia—, refunfuñó SeokJin cuando la atención de Makari se dirigió a él.

—Bueno, entonces... llévenlo a la enfermería, gente— La orden estaba dirigida a Yuri  y SeHun, que la cumplieron inmediatamente.

—Te avisaré en cuanto termine.

—Yuri  SeHun se quedarán contigo, Doc. Puede que esté dañado, pero está lejos de haber demostrado ser digno de confianza. Especialmente cuando se sabe de quién es el vástago.