JungKook conocía bien este sentimiento. A pesar de todas sus precauciones -que YoonGi prefería llamar vena cornuda, a lo que JungKook replicaba invariablemente que para ser cornudo había que tener primero una relación-, no era la primera vez que estaba en el hospital, y conocía la sensación que se tiene al salir de la anestesia.
—Dios, odio esto—, refunfuñó, tratando de quitarse la vía del brazo.
—Tal vez deberías dejarlo un poco más. Al menos hasta que el doctor te revise.
Sorprendido, JungKook se detuvo y giró la cabeza hacia la derecha, para descubrir una figura rubia sentada en un sillón junto a su cama.
—¿Jin? ¿Qué estás haciendo aquí?
Puede que JungKook se haya recuperado rápidamente de la anestesia, pero todavía no pensaba con la suficiente claridad como para mostrar la habitual distancia que mantenía con SeokJin. Éste se acercó, hasta que sus rodillas tocaron el colchón.
—Le prometí a mi guardaespaldas que siempre estaría cerca de él, así que mantengo mi palabra.
JungKook terminó de quitarse la vía y se sentó. Su mente se iba despejando poco a poco, al menos lo suficiente como para notar la palidez de SeokJin, las ojeras y su ropa desarreglada.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—Desde que te trajimos a casa del hospital. El doctor tuvo que operarte, para extraer la bala que recibiste por ese bastardo de ChanYeol. También dijo que había que vigilarte porque probablemente te golpeaste la cabeza y podrías tener una conmoción cerebral.
La comisura de los labios de JungKook se levantó.
—Aprenderás que se necesita algo más que una pequeña conmoción para derrotar a un veneciano.
Nada más decir estas palabras, el ex sicario se puso rígido y miró con inquietud a su alrededor.
—Sólo somos tú y yo— le tranquilizó SeokJin, antes de añadir con cierta vergüenza: —De todos modos, si la forma en que reaccioné cuando te vi en el suelo no alertó a todos los que estaban allí, me haré monje.
Como JungKook no respondió, SeokJin continuó con una expresión de preocupación en sus ojos.
—Sé que te prometí mantener nuestra relación en secreto, pero realmente pensé que... tú... no me importaba, que todo el mundo supiera lo tuyo y lo mío. Yo sólo... no quería que me dejaras.
Hizo una pausa y luego respiró.
—Te amo, JungKook— El tiempo se detuvo.
Los turquesas no flaquearon cuando los ámbares se sumergieron en ellos. Lo había dicho, finalmente.
Esa sensación se hacía cada vez más pesada de mantener para sí mismo. JungKook lo sabía, ahora.
—No te pido que me ames—, susurró con voz estrangulada. —Sólo para no dejarme.
—¿Cómo no voy a entender eso?
Los recuerdos inundaron la mente de JungKook, desordenados e intemporales...
*********
JungKook se levantó sobre un codo, con su mirada hambrienta pero divertida acariciando el cuerpo desnudo de SeokJin. Tumbado boca abajo con las piernas ligeramente separadas, SeokJin se hacía el dormido, pero la sonrisa en sus labios era inconfundible.
—Pequeña burla— susurró JungKook, poniendo su mano en la espalda del joven.
—No se hace, insultar a tu jefe.
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Peligroso sentimiento (KookJin) •Adaptación• [Traducción]
RomanceTercer libro de MEDTY Continuación de "Peligroso Amor" • Sinópsis dentro de la historia. • Pareja principal: KookJin • Pareja secundaria: ChanBaek • Mención de temas sensibles. • Contenido sexual explícito. • M/M • Capítulos largos Esta historia no...