Epílogo

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—Tío HeeChul, voy a necesitar algunos materiales para el trabajo que me diste. Me gustaría ir a la ciudad esta mañana, si es posible.

—Por supuesto— asintió el hombre, sirviéndose un trozo de bollo. —Por alguna razón, nunca he tenido problemas para encontrar voluntarios que te acompañen. No como cuando se trataba de tu primo.

SeokJin, que había entrado unos minutos antes en el comedor donde la familia desayunaba, dirigió a su padre una mirada sombría.

_¿De verdad tienes que burlarte de mí cada vez que vengo aquí?

—No, pero es divertido. Y el único momento en que puedo hacerlo es cuando estamos en un grupo pequeño.

—Qué suerte tengo.

—JungKook, me quito el sombrero ante ti. No hay que ser muy humano para aguantar a mi hijo.

JungKook, que ahora comía con la familia, no sin cierta sensación de malestar, se conformó con una sonrisa cautelosa. Le resultaba difícil olvidar que se enfrentaba a uno de los mafiosos más temidos de Corea del Sur, al igual que le resultaba difícil no pensar que estaba compartiendo la cama de su heredero.

YoonGi me lo va a contar hasta el día del juicio final e incluso después...

JungKook tomó un sorbo de café antes de dejar que su mirada se deslizara hacia SeokJin. Los ámbares se ablandaron al posarse sobre el rostro arcangélico de su amante. 

Dios, podría amar a ese arrogante gilipollas...

—¿No vas a comer nada?

La voz de SeokJin sacó a JungKook de su ensueño. Estaba buscando la mejor manera de responder sin admitir que se sentía tan cómodo como si estuviera sentado sobre un cactus, cuando HeeChul se le anticipó, apuntando a su hijo con un cuchillo manchado de mantequilla.

—No todo el mundo es un cerdo como tú— dijo señalando el plato rebosante del joven.

—Tengo hambre, eso es todo— se defendió.

—¿Así que la noche fue tan dura que sientes la necesidad de devorar la mitad de la comida de la casa?

Sí, a Kim HeeChul le encantaba meter a su familia en una caja.

Incluso había conseguido que el impasible Jeon JungKook se pusiera rojo...


*********


BaekHyun sonrió al salir de la tienda, flanqueado por sus guardaespaldas.

Una sonrisa real, una que no había tenido en mucho tiempo.

Para empezar, le encantaba pasar horas rebuscando entre las pinturas, los pinceles y otros lienzos.

Luego el recuerdo del desayuno y la vergüenza conjunta de SeokJin y JungKook ante las burlas de HeeChul.

Y por último, la perspectiva de encontrarse con ChanYeol por la noche le hizo sentir mariposas en el estómago. Es cierto, era un cliché, pero así se sentía.

El joven casi había llegado a su coche cuando de repente se oyó un grito. Una furgoneta acababa de subir a la amplia acera, sin tener en cuenta a los peatones. Todo sucedió tan rápido que BaekHyun no tuvo tiempo de reaccionar. Los disparos sonaron a su alrededor, sintió que una mano firme le agarraba por el brazo y le lanzaba a la parte trasera del vehículo. Apenas tuvo tiempo de ver que sus guardaespaldas estaban inmóviles en la acera cuando las puertas se cerraron y la pesada furgoneta se alejó, llevándole a un destino desconocido.



*********



El despacho de SeokJin estaba en un silencio sepulcral. SeokJin estaba trabajando con ChanYeol cuando HeeChul se unió a ellos, con la mandíbula apretada y los ojos grises brillando. 

Tuvo que respirar profundamente varias veces antes de hablar, con la voz blanca por la ira para enmascarar la angustia que le aplastaba el corazón.

—SiWon tiene a BaekHyun. Sólo lo liberará si le entregamos a ChanYeol.

Continuará...


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Peligroso sentimiento (KookJin) •Adaptación• [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora