꒰ ser torpe es lindo.. 丼 enha. 𐠓 sungki ꒱

O15!

Al fin era el festival. El tan deseado festival. Todo había comenzado temprano en la mañana un sábado siendo SungHoon quien llegara primero como tal presidente que fue nombrado con unas grandes ojeras y cuerpo pesado, JungWon estaba a su costado siendo el mismo de siempre pues, aquella ya era parte de su rutina como delegado de aula. Tan responsable.

— ¿Esto debo de hacer obligado?. — se quejó soltando un bostezo.

— Ehh No — negó tranquilo —, sólo quería que alguien me acompañe. — hizo su típica sonrisa en donde resaltaban sus hoyuelos.

Juro que SungHoon estaba por ahorcarlo, sonó el timbre cuando sus manos ya casi rodeaban el cuello delgado del ondulado; JungWon sonrió en grande para correr fuera del lugar, era su día especial como tal nombró.

El castaño maldijo bajo para tirar su cabeza en el escritorio dentro del salón del consejo, cerró los ojos cuando tocaron la puerta haciendo que reprima de sus labios salir un grito. Jay ingresó con una sonrisa en grande sentándose a su costado, SungHoon se acomodó de lado forzando una sonrisa tratando de no dormirse frente al rubio, por su rostro se notaba muy emocionado y no quería ponerlo de mal humor.

— Hoy es un lindo día.

— ¿En serio? No me digas.

Jay asintió sonriente. — ¿Qué debo hacer si me dice que no? ¿Tu crees que me diga que no?. — SungHoon pudo notar lo afligido que se encontraba.

— No, seguro te dice que sí. — suspiró pesado — Eres tú, una buena persona y amigo, ¿tú crees que te dirá que no?. — comentó sin saber de quien hablaban, aunque que se hacía una idea.

Jay asintió, soltó una pequeña risa avergonzado por como se sentía, como actuaría frente al pelinegro que irradiaba luz, que tan mal lo traía. SungHoon pasó su vista hacia la ventana al verlo murmurando para sí mismo con el ceño fruncido, se veía tan gracioso y causaba gracia al castaño el verlo preocupado por algo tan simple.

Negó ante su pensamiento fijando su vista en alguien, ahora él frunció el ceño acomodando mejor su postura observando al pálido pasear junto al moreno, chasqueó la lengua ante ello restregándose en el asiento con el típico gesto de niño berrinchudo por un dulce que no le dieron.

Su pierna comenzó a moverla con inquietud, Ni-Ki durante una semana había tomado distancia con la excusa de tener que hablar claro con YuNa. Pero, ¿acaso debía él hacerlo? El problema de todo aquello era la falta de sinceridad en el castaño, su falta en una relación que, para él no era importante pero, para YuNa sí; y debía haber respetado ello. Soltó un suspiro frustrado pensando en todas salidas posibles para dejar de ser ignorado, y tratado como príncipe azul por parte de la femenina.

Jay alzó la mirada al verlo tan inquieto y con un rostro que demostraba lo abrumado que se encontraba. Dejando a un lado sus problemas y pensamientos, se acomodó mejor prestando atención al castaño, sentía que debía al menos alguien escucharlo así como hizo con él.