«𝐒𝐂𝐇𝐎𝐎𝐋 𝐑𝐔𝐌𝐎𝐑𝐒» ➸ ❝𝗠𝗬𝗚❞ (+¹8) (✓)

«𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋»

(Bibi)

―Yo no te robe, necesitabas una buena lección. ―me quejé a regaña dientes― Solo las tomé prestadas, y las regalé, necesitaba dinero. Mi padre me ha cancelado la tarjeta por llevar a un chico a follar a mi departamento. ―él me miró y sonreí― Estaba en mi departamento cuando te vió salir. Y automáticamente me canceló las tarjetas, claro, antes me avisó. Por eso las vendí. Por qué al principio solo quería esconderlas.

―Te lo tomaste muy a pecho. ―dice, y suelta una risa nasal, que transformó en una risa de labios, me quedo ahí mirándolo― Pero realmente lo apreció, estaba completamente ciego por creerme el macho alfa que no...

―Ya pasó Yoongi. ―le cortó, confirmando que en serio estaba siendo sincero, giró su rostro encontrándose con el mío, su mirada era profunda pero a diferencia de aquel día no había rastro de enfado o odio― Ya todo paso. Está todo bien.

―¿Segura que ya pasó? Creo que van a pasar mil años antes de que alguien me perdone.

―No todos son rencorosos, Min Yoongi. No generalices a las personas. ―le digo convencida de que si lo perdonarían en algún momento― Solo debes darles tiempo, lastimate en un nivel que cuesta olvidar.

―No seas ridícula hasta yo me odio, ni yo me perdonaría. ―entrecierra los ojos para ponerse derecho en su lugar, acercándose aún más cerca de mí cuerpo― ¿Cómo lo conseguiste? Quiero decir, nadie se había atrevido a hacerme algo así.

Me detengo a pensarlo unos segundo, de hecho, ni sabía cómo había conseguido eso, solo tenía en claro que lo había controlado de una manera para obtener lo que quería. Nuevamente el orgullo golpeó mí puerta, había llegado a la meta y con mucho éxito.

―Simplemente estoy atenta, prestó atención a todas las cosas que ocurren a mí alrededor. ―apoyó una mano en su hombro para acariciarlo con mis dedos dándole confort― Quiero decir, estabas obsesionado con ser el mejor en todo, querías sobresalir, que tu nombre se escuché en boca de todos. También querías averiguar si los rumores que se decían de mí eran ciertos o no, y eso me molestó aún más cuando supe lo que le hacías a las demás personas.

Solo había algo que se me había salido de las manos, Jimin se había metido en lo más profundo de mí corazón, sin quererlo y sin aceptarlo pero pasó, sabía que me tenía, ¿Cómo? No lo tenía definido aún, sólo sabía que lo hacía, sin embargo, eso era algo que él no se enteraría o por lo menos no aún. Lo único que Yoongi sabía era que estaba calado hasta el fondo por aquella chica que le jodió la existencia con unos simples encantos, lo manipuló a su antojó, está sumergido solo en mi, dominado por una peligrosa mujer vestida de caperucita pero es una loba feroz, cosa que pensó que jamás le sucedería, eso lo hacía sentir extraño, y lo sé.

―Bueno, eso tiene sentido. ―dice él, yo en cambió solo asintió mientras colocaba mí cabeza en el hombro de Yoongi, siento sus músculos tensarse― Pero... ¿Cuál es la razón de todo esto? ¿Cuál es el verdadero significado de verme arrepentido?

Ni siquiera tuve que pensar las palabras para responder a esas preguntas proyectadas por curiosidad.

―Aunque estoy en la cima del instituto, no siempre he estado en ese lugar. ―me confieso con total sinceridad― No le deseó a nadie las cosas que he pasado, ese sentimiento de dolor y tristeza son muy horribles. ―él me escuchaba con atención latente― Algunos rumores son ciertos como por ejemplo; mis supuestos "Ex novios". Así como tú lo hacías con las chicas, ellos me usaron, me desbarataron y me humillaron. Crearon rumores tan crueles sobre mí.

Me crucé de brazos y adopté una pose severa. Dios santo, había hecho lo que había podido.

―Hasta que llegué a mí límites y prometí que nunca más jugaría conmigo, cree esa coraza protectora intocable en mí. Cambié por completo, tanto físicamente como mentalmente. A veces me amó y digo, que gracias a ese cambió puede cuidarme sola. Sin embargo, hay otras veces que me odió, por qué tuve que cambiar para que no me humillaran más. ―agregué, mí voz se entrecorta mientras bajaba mí rostro para esconder que estaba a punto de llorar.

Suspiró una vez más, Yoongi pareció entender el punto al que quería llegar con mí relató, también pudo ver qué no quería hablar más sobre ese tema, así que se acercó sigilosamente envolviéndome entre sus brazos. Dudosa levantó la cabeza encontrándose con los ojos de Yoongi, su mirada era diferente, no había perversidad, malicia o sarcasmo. Solo hay una plenitud de compasión, ternura y amor. Algo que jamás pensé que Min Yoongi podría tener, y eso le gustó al corazón de hielo que puedo tener.

―Perdóname por haber sido un idiota. ―otra nueva disculpa salió de los labios de Yoongi.

―Y tú, perdona por robarte el corazón. ―le digo con burla y chulería.

De verdad no quería sonar arrogante, sin embargo, no mentía, había capturado el corazón de Min yoongi era su nueva dueña. El uno al otro nos atraemos como dos imanes en ebullición, eso me recuerda a Isaac Newton, y sus estudios, «La teoría matemática de los fenómenos electrodinámicos deducida únicamente de la experiencia» libro en el que afirma que «el magnetismo es electricidad en movimiento» y que «los fenómenos magnéticos dependen sólo de la existencia y del movimiento de cargas eléctricas»

Suelto una carcajada, al relacionar las matemáticas con lo que tenemos Yoongi y yo. No sé cómo pasó pero salgo de mí mente cuando los labios del chico aquí presente estaban sobre los míos. Nuestro ritmo tan pasivo de los movimientos que daban nuestras bocas, es tan simétrico como unidades astronómicas que giran alrededor del sol, es un encajé tan perfecto, como el sol y la luna. Nuestras lenguas haciendo nudos y anillando nuestro beso, pero ese beso iba más allá de querer follar, no tenía esas intenciones, era un beso distinto.

Ese beso fue la búsqueda de la verdad.

Encontramos la verdad.

Él me quería, y yo lo quería a él.

Está vez lo aceptaría porque demostró que tiene humanidad, que es capaz de aceptar cuando se equivoca, que es capaz de pedir disculpas.

Había cambiado.

Misión cumplida.

Min Yoongi, era un nuevo hombre.

―¿Quieres ir a un lugar más privado?

―¿Me dejaras solo nuevamente? ―suelto una carcajada― ¿Y me robaras yodo para venderlo?

―Esta vez, no. Mi papá ya me devolvió mi dinero.