Buscando Dragones

38 5 0
                                    

Antes de irse de Francia escribió unas cartas, se despidió de su madre con un beso y tomó el traslado a su nueva aventura. Draco hizo maletas para irse a la Academia Búlgara de Estudios Superiores Mágicos de Sofía, más específicamente al Departamento de Pociones y Mística con sede en Dobrich. Con eso sería fácil encontrar a Charlie. La Academia tenía un contrato con la Reserva Natural y Santuario de Dragones de Hagieni. Ahí, se encontraba Charlie. Al ser estudiante de la Academia podía ir y venir a Rumania sin problemas. Así como los trabajadores de la reserva y santuario podían ir a Bulgaria a través de la red que conectaba ambos lugares. Era perfecto.

Draco se sentía un poco estúpido por eso, pero al menos estaba seguro de su decisión. Estúpido y seguro. Ese día irían a tramitar los permisos especiales para el libre tránsito entre la Academia y los lugares asociados a la misma. Entre esos lugares se encontraba la Reserva y el Santuario. Draco se encontraba algo nervioso.

A Charlie no le gustaba esa época del año. Debían renovar sus permisos de acceso a la liga de Lugares Mágicos Asociados para el Perpetuo Saber Mágico de Europa. Rara vez usaba esos permisos. Eran muy útiles y convenientes, pero él no salía mucho. Tampoco que tuviera algo que hacer o ver fuera de su trabajo. Así que cuando vio a cierto rubio que venía en el grupo de la Academia se sorprendió. Y por primera vez le vio utilidad al permiso LUMAPS. Le sonrió a Draco cuando sus ojos se cruzaron.  Supo entonces que de alguna rara manera quería perseguir a ese dragón unos días más de lo planeado.

Amores de una vida: amores distintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora