3: Complicación.

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Nos ha tomado alrededor de hora y media llegar al departamento que se han comprado mis padres hace unos meses. Les dije que no salieran de Europa pero ellos han insistido debido a que tienen a su única nieta, dicen que quieren estar junto a ella en cada momento de su vida.

En el trayecto, Ela ha estado hablando por teléfono en casi la mitad del viaje, se reía con quién sabe y se tapaba la cara cuando, parece ser, escuchaba algún chiste o algo que no quiero hacer valer porque soy capaz de lo imposible. No sé con quién ha estado hablando pero sé que no era Dean, no se pone tan loca cuando se trata de O'Gorman.

Llevo a Catherine en brazos, Ela camina detrás de mí con el bolso de la pequeña y el suyo. Llamamos por la placa y nos dejan pasar debido a que aprietan un botón para que la puerta se destrabe. Subimos en el ascensor, me recuerda a muchas cosas; claro que este no es el antiguo departamento pero estar en este cubículo me remonta a viejas épocas. Volteo la mirada y observo de perfil a Ela, tiene la vista clavada en el contador, se ve animada, tal vez ha sido el responsable de esa infernal llamada. Quisiera preguntarle con quien ha estado hablando, me molestó un poco que se divirtiera, porque conmigo, hasta el momento, no lo hace.

Al llegar al piso indicado, las puertas se abren y ella sale de su trance, suspira y avanza, oímos una puerta abrirse y sale mi madre, saluda a Ela con gran entusiasmo, la abraza con afecto. Yo las quedo mirando mientras Cath se acostumbra al nuevo ambiente, pasamos los tres y mi padre se acerca para cargar a la pequeña, mi madre aprovecha para saludarme.

— ¿Han viajado bien? —dirije su mirada a Ela y ella le sonríe.

—Muy bien. —dice con ese aire tan sereno, sé que lo dice por el de la llamada, por otra cosa no puede ser. —Y gracias por invitarnos.

—No tienes porque. —le dice tomándola de las manos y se miran a los ojos. —Eres la madre de mi nieta, siempre serás bienvenida en esta casa... Y no importa lo que él haga.

Yo volteo a mirarla y niego con la cabeza, Ela enarca ambas cejas como si eso no le importara.

—Tú puedes venir cuando gustes.

—Mamá, estoy aquí, puedo oír lo que le dices —digo con una sonrisa cínica.

El día transcurre, mi madre y Ela se vuelven mejores amigas de repente, con Catherine como tema de conversación ellas ya tienen algo en común que es criar a un bebé. En cambio, mi padre lleva a Cath al living y lo acompaño, nos sentamos y miramos alguna película.

— ¿Cómo vas con Ela? —pregunta mi padre y yo giro la cabeza. Él se muestra algo serio pero también interesado en el tema de conversación que acaba de iniciar, yo ladeo la cabeza y echo un suspiro. — ¿Algún avance?

—Bueno, ya no duermo más en el sofá. —digo con total orgullo, él sonríe y adopta esa típica mirada que heredé de él. —Eso es un avance, ¿O no?

—Algo es algo. —dice mientras observa a Cath, que se muestra somnolienta. — ¿Crees que te va a perdonar pronto?

Trago saliva y me quedo mirando la televisión un momento, aunque no sé qué es lo que está pasando con exactitud, me profundizo más en la pregunta y en la respuesta que tal vez quiere, y yo también, oír. Hablando en serio, no sé si ella pueda perdonarme ahora, sé que ha pasado como casi un año pero algo como eso no creo que se pueda disculpar, y menos si ella traía esa hermosa noticia.

—Ojalá pudiera decir que si —digo con decepción, niego con la cabeza antes de continuar hablando. —No creo eso posible en un buen tiempo. Sabes que estamos juntos solo por Catherine, y eso me hace dar cuenta de los estúpidos errores, y ya he aprendido de ello, ¡Mírame ahora! He vendido toda mi juventud para tener una casa de familia y estar con mi hija, creo que me he dado cuenta, en ese lapso que no la tuve a mi lado, de que ella es la persona correcta para mí, la que me hizo sentar cabeza...

Oportunidad [Aidan Turner]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora