13: Cero.

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La cena de celebración por mi regreso a casa ha sido toda una sorpresa. Estuvieron todos: Dean, Sarah, Martin, la pequeña y Ela. Fue una noche maravillosa, ahora estamos haciendo la sobremesa, la pequeña está entre mis piernas y juega con la cucharita de plástico, se ensucia con el flan y el caramelo.

—Creo que Aidan se ha sacado la loteria contigo. —Habla Martin, Eleanor baja la mirada mientras sonríe; no hemos tenido tiempo para hablar sobre lo sucedido, apenas salí de la cárcel hace una hora. Por lo que tengo entendido, a Ben lo demoraron un poco más porque Ela presentó cargos de amenzas, y no solo ella apareció, otras dos chicas más lo hicieron. Supongo que es prueba suficiente para tenerlo encerrado por un tiempo, o por lo menos para advertirle de que con ella ni con mi familia se puede meter porque va a salir perdiendo.

 — ¡Es obvio! —dice Dean animado. —Recuerdo cuando la vio en su antiguo departamento, ella...

Ahí va con la historia otra vez, Martin le presta atención, creo que también está sorprendido de mi cambio. Yo antes me negaba a los compromisos y la vida paterna, siempre decía que iba a vivir siendo joven, pero ahora la realidad es otra y no me arrepiento de llevar esta paternidad. Creo que Eleanor es la mujer que me hizo caer a sus pies, no sé si alguna vez han escuchado que a los mujeriegos siempre les llega esa mujer que les hace sentar cabeza. Bueno, ella es esa mujer.

La miro y sus mejillas están coloradas, mantiene esa sonrisa tímida y vergonzosa que tantas veces he tenido la oportunidad de apreciar. Me recuerda mucho a cuando apenas nos veíamos en el departamento, aunque creo que intentaba evitarme, siempre terminábamos juntos de alguna manera; supongo que eso fue lo que me gustó de ella, el que permanezca a mi lado aún sin saber quién era yo realmente.

¿Es posible volver a enamorarte de la persona que ya amas? Algunos dicen que sí, que es como verla y enamorarte a primera vista todos los días, a mi se me está haciendo muy extraño, es la primera vez que me sucede y se siente tan bien. Sin duda alguna me volvería a enamorar de ella una y otra vez.

Se tapa la cara mientras intenta ocultar su risa, conteniéndose de las anécdotas de Dean, yo solo sonrío. Cath empieza a golpear la cuchara sobre la mesa y me saca de ese momento de admiración. Le doy su flan, la pequeña lo ingiere con bastante entusiasmo, sus primeras palabras aún no son claras pero ya sabe decir mamá y papá, es lo único que repite. Con respecto a caminar, se queda parada pero parece que tiene miedo de dar sus primeros pasitos, cuando sea el momento, estaremos los dos para atesorarlo.

—Aidan. —llama la novia de Dean, lo hace en un tono bajo, ninguno de ellos nos escucha. Ella está sentada a mi lado. — ¿Qué piensas hacer luego?

—Cambiarla, acostarla a dormir, lo habitual. —le digo con una sonrisa, ella hace lo mismo y niega con la cabeza, entonces yo observo confundido.

—Me refiero a Ela. —los dos volteamos a verla y ella se ríe de algo que Dean le dice, Martin los acompaña y eso me hace comportar como idiota; ahora se la ve mejor que hace unas semanas, creo que el alivio de que Ben no va a volver a molestarla más la mantiene como siempre: sonriente, divertida y hermosa. —No hiciste lo que hiciste por nada.

—Lo sé, la verdad me siento un idiota por no haberlo visto pero ya sabes que...

—Sí, pensabas que iba a dejarte, porque te autodominas un inmaduro y bla bla bla —me ofende en algún punto pero tiene toda la razón. —Pero tienes que saber que cuando una mujer dice No es Si, y cuando dice que no le pasa nada es porque le pasa todo, seguro te dijo algo y tú no lo captaste, es típico de los hombres que no se den cuenta lo que decimos entre líneas, en eso son algo idiotas.

Luego de la cena, los invitados deciden marcharse, se van al mismo tiempo. Les agradezco el apoyo y todo lo que han hecho, Martin me dice que trate de no meterme en líos otra vez, claro que es a modo de broma ya que todo ha sido porque Ben se lo ha buscado. 

Acuesto a la pequeña y le dejo encendida la luz del velador, la puerta se queda entrecerrada y decido bajar a la cocina para ayudar a Ela. Ella está fregando los platos, me quedo parado en el umbral, mirando lo que hace. Esto me trae tantos recuerdos, ¿Realmente hubiera dejado que ella se marchara? Si eso sucedía, ¿La seguiría? Claro que sí, la estupidez se iría de mí y yo saldría a buscarla, porque siempre reacciono cuando es tarde.

Termina con su trabajo y se gira, da un pequeño salto al verme parado, como un acechador. Exhala el aire y se seca las manos, yo camino a paso lento.

— ¿Quieres un poco de agua? —pregunta, va al refrigerador y toma la botella, me da la espalda mientras ella se sirve un poco y me coloco detrás, manteniendo una corta distancia. Ella deja de moverse y fija adelante. — ¿Qué sucede?

—Lo sabes. —ella voltea y apoya sus manos contra la mesada, nos miramos a los ojos. —Estuve a minutos de perderte y quiero que me perdones por haber sido tan idiota de no darme cuenta. En realidad, yo pensaba que tú...

No soy capaz de terminar la oración y ella salta para besarme, la tomo rápido de la cintura en un acto reflejo y dejo que lo haga. Estamos solo unos segundos, ya que quiero terminar con mis disculpas.

—Ela, soy un idiota, si no hubiera sido advertido por Dean, creo que ahora no estarías conmigo. —Ella aprieta sus labios, me acaricia la mejilla, sus ojos están brillosos, parece que va a llorar. —Esta vez si que me comporté como un inmaduro, y creo que una disculpa no basta. Por eso... Quiero empezar contigo desde cero. Amarte, amarnos, cuidar a Cath. Casarnos.

Ella entreabre los labios al oír eso, una sonrisa se le dibuja en el rostro y las lágrimas salen, no puede hablar debido a mi declaración. Me abraza, se hunde en mi pecho y llora, la abrazo y cierro los ojos. No pienso perderla de nuevo, por estúpido casi lo hago pero ahora sé que nada ni nadie va a impedir que me aleje de ella, porque de hacerlo voy a dar el primer golpe.

Y será duro.

Oportunidad [Aidan Turner]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora