La casa de madam Lan

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Miraba con asombro el lugar,parecía de cuentos con tal hermosura hizo una reverencia mostrando sus respetos al lugar porque después de todo había sido el hogar de la madre de su esposo.

Sabía la historia de su madre, sabía la historia de su amado esposo con su madre y le gustaba creer que la sabía completa. Aunque en su cerebro el pensamiento de que algo más había pasado se aguantaba de preguntar, sabía lo suficiente y no provocaría ese sentimiento en su amado al hablar de su madre.

Miro el camino de piedras por el que hiba su esposo hasta la entrada de la casa, se detuvo al estar frente a la puerta y la duda de abrir lo rodeo. Con curiosidad mantuve mi mirada sobre el hasta que se cruzaron, con una sonrisa seguida de un asentimiento de mi parte al fin abrió la puerta dejándola así para entrar y perdiendose a si de mi vista.

"Tu puedes,entra a tu hogar, el lugar será más feliz contigo ahí, yo te esperaré aquí no me ire."

Dieciséis largos años claro que le harían dudar en algo, desvió su camino hasta el pequeño prado de flores de una esquina palpandolas suavemente mientras las admiraba y olía. Miro por el rabillo del ojo el hogar, ¿Entrar?, Oh claro que no lo haría, esa era la casa de madam Lan, la madre de su esposo y aunque el estuviera casado con un Lan el pensamiento de que entrar con él le parecía muy irrespetuoso sin importar de que forma lo viera.

- dejemos que tenga un momento a solas... En su hogar...

Hablo en voz baja aún rodeado de las flores mientras tenía memorias de cosas al azar que tenía sobre su marido pero cualquier pensamiento de dejar a su marido a solas en la casa de su madre se fue en cuanto escucho sollozos salir de esta. Por más bajos que fueran a su alrededor era demasiado el silencio como para poder escucharlos claramente y lo único que hacía contraste con estos era el sonido de las hojas contra el viento.

Se levantó con rapidez llegando a la puerta, le importo muy poco como entro de golpe pero sus pasos se vieron frenados cuando lo vió, la misma expresión que cuando estaba sanando y su conciencia volvía, la misma que cuando su hermana supuestamente se había suicidado y oh ahí estaba esa, cuando cruzaron miradas, ahí la vió, la preocupación, la misma que le daba cuánto se emborrachaba demasiado en cada aniversario. Esa mirada de preocupación, miedo o desolación, estaba triste demasiado para el, se estremecía en leves temblores producidos por el llanto y las lágrimas en sus mejillas y ya no supo en que momento ya lo tenía rodeado en un abrazo con su cabeza en su pecho mientras que empezaba acariciaba su cabello suavemente. Agradecía ser la única persona que había Sido capaz de ver a su marido así como también agradecía tener hijos porque si no no sabría cómo ayudarlo pero las maldiciones de saber cómo lo había visto así antes y no pudo hacer nada lo atormentaba. No quería volver a verlo así nunca más, y así tomo su rostro entre sus manos y beso cada parte de este sin separarse ni un segundo mientras limpiaba sus lágrimas con sus mangas, luego de que los temblores disminuyeran lo suficiente y la vista de el contrario estuviera puesto en el sonrío dando un beso rápido sobre sus labios, riendo mientras notaba como la expresión de sorpresa y una orejas notablemente rojas se asomaban.

Beso su frente y le susurro un pequeño te amo para luego darle la espalda mirando la habitación.

- es hermosa... Todo lo merecedor a tal madre como la de Lan zhan... Madam Lan espero que se sienta orgullosa de lo que se ha convertido su hijo, porque yo lo estoy, y no solo como esposo si no también como padre es asombroso y créame le encantarían sus nietos, a sido un camino muy largo pero estamos bien, el está bien y no se preocupe, porque lo seguiré cuidando como lo he hecho desde hace mucho y tanto como el me ha cuidado a mi... Gracias por ser la razón de que tengo un grandioso esposo y espero algún día poder volver y que conozca a sus nietos...

El Regreso De Los WenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora