Forget ✩ COMPLETA ✩

El despertar

-¿Padre?

...

-¿Padre?

-Anavi que bueno que estas aquí.-dijo saliendo por fin a la sala para recibirme con un abrazo. 

-¿Querías verme? tenía un mal presentimiento.

-Todo está bien hija mía, nada fuera de lo normal.

Pero su padre se veía diferente y su presencia la incomodaba.

-¿Como te llamas?

-¿De que estas hablando?

-Si eres mi padre contesta.

Este se echó a reír.

-Chica lista.-el hombre chasqueo los dedos para dejar ver a un hombre de buen ver pero que  claramente no era humano.

Anavi se horrorizó.

El hombre la tomó del cuello privándole del aire.

-Nunca volviste con el rubí.-dijo amenazante.

La chica se trató de zafar. Le escocia la garganta.

-S-suéltame.-dijo apenas audible.

-Te creíste muy lista, ¿no?, creíste que podías huir de mí, tu una half. Maldigo la hora en la que confíe en ti.-dijo a punto de perder la paciencia.- ¡Afortunadamente pude escapar del cautiverio de Johanna para venir y escupirte en la cara lo malagradecida que eres!-me esculpió en la cara lo último.

Agarré la mano con la que me tenía sujeta para clavarle mis uñas en un acto desesperado para liberarme.

Este por fin me soltó y caí al suelo tratando de encontrar un poco de aliento.

-¡Dame el rubí!

-N-no lo tengo.-dije cohibida por el sonido de su voz.

-Pero si estoy delante de la misma señora del reino de los sueños.-dijo burlón.- es más que obvio que estuviste cerca de él y más aún de tu adorable esposito como la zorra que eres.-dijo agachándose quedando a la misma altura que yo en el suelo.-¿querías tener poder no?, pero me dejaste fuera de la jugada linda, estaba más que dispuesto a compartir el poder contigo aquí en la tierra en donde soy un ser inmortal.

Trate de levantarme pero me pateo con fuerza y caí de nuevo al suelo adolorida.

-Morfeo.-dije en un susurro, agarrando el discreto anillo que llevababa en la mano.

Me sentía más frustrada que asustada conmigo misma, pero él era un dios, aunque quisiera no era más fuerte que él.

-Ah, con que si tienes algo.-dijo viendo el anillo.-eso me bastara por ahora.-dijo arrebatándomelo y poniéndoselo orgulloso.-¿contiene algún poder?

...

-¡Contesta!

-S-si contiene una pequeña parte del rubí, pero no es casi nada.

Este sonrió.

-Esto bastará solo por lo pronto.-dijo cambiando el tono y mirándome.- con los mortales me bastará con esto. Son tontos. Repulsivos.-dijo haciendo gesto como de ñañaras.-tu vienes de una ¿cierto? Pero tú mami no aguanto y por eso murió en el parto.-hizo un puchero.

-Déjame ir.-dije con un hilo en voz.-por favor.

-Oh, claro que te dejaré ir muñeca, pero como osaste engañarme a mi usaré tu propio anillo de bodas para borrar tu memoria así tu propio regocijo será también tu dolor.-sentencio.

(...)

La música que hace mucho había dejado de sonar fue reemplazada por el sonido de gotas cayendo, una por una.