Anteo

1.8K 181 0
                                    


Nos mirábamos con adoración, él tomó mi mano y la besó.

-Sera mejor que descanses fueron muchas emociones por hoy.

Fuimos el uno enseguida del otro hacia nuestra habitación.

Me recosté en la cama haciéndole espacio y él se puso a mi lado.

-No vayas.-solté de repente.

Pude ver como su cuerpo se tensó.

-Eso no está a discusión.

-Pero ya pasó tiempo, igual si solo se lo das a Johanna para que lo encierre.

-Amor mío no voy a discutir esto, ya he dado mi última palabra. Tu corazón es suave y generoso pero el mío no.

Sabía que cuando se ponía en ese plan era casi imposible hacerlo cambiar de opinión así que solo di un suspiro viéndolo seria.

-Además si no lo hago yo probablemente lo haga Hera o Zeus en el peor de los casos. Y te recuerdo que va a causar destrozos en el mundo de la vigilia si no lo detengo.

-Haz lo que consideres adecuado.

-Siempre.-dijo dándome un beso en la cabeza para ponerse de pie.

(...)

Morfeo caminaba por los pasillos de su reino en busca de su yelmo el que usaba cuando se trasladaba de un plano a otro.

-Lucien.

El alto bibliotecario apareció.

-Amo, ¿me llamó?

-Así es. Necesito que le hagas llegar a Hera el cuarzo rosa de Hipnos y una placa dorada que tenga grabado que es persona grata en el reino del sueño.

-Señor.-asintió.-¿Puedo preguntar a qué se debe que la diosa Hera reciba tales honores del sueño?

-Anavi recobro la memoria gracias a ella. La fuimos a ver juntos esta tarde.

-¡Oh que alegría señor! La reina a de los sueños ha vuelto.

-Aprecio tu regocijo.-dijo dando una media sonrisa.-Ahora está descansando en sus aposentos. Yo saldré. Necesito mi casco.

-Me tomé el atrevimiento de tomarlo para limpiarlo adecuadamente en un momento le aviso a Mervyn para entregárselo.

Lucien sacó una campana de su bolsillo tocándola una y otra vez.

-Mervyn la calabaza, el amo necesita su yelmo.

Una calabaza humanoide con overol apareció sosteniendo el casco con una mano y una escoba en el otro.

-¡Que escandalo orejas puntiagudas! Aquí está el bendito casco.-dijo molesto mientras le daba el casco para poder sacar un cigarrillo de uno de los bolsillos de su overol.

-Mervyn tan elocuente como siempre.

La calabaza que estaba de espaldas a Morfeo se tensó mientras se giraba lentamente a darle la cara.

-Y-yo... quiero decir...no quise.-dijo tratando de excusarse.- ¡ah olvídelo!-dijo dándose por vencido.

Lucien extendió el yelmo hasta Sueño.

-Aquí tiene amo.

-Mis agradecimientos, caballeros.-dijo colocándoselo para salir por un portal.

Morfeo floto por todas las dimensiones como una gran bruma oscura en el aire con su gran casco de insecto que se decía contenía la espina dorsal de un rey que en la antigüedad había osado a tratar de robar su reino.

Sus ropas se esparcían frondosas por los vientos y al llegar hizo un aterrizaje propio de él.

Se quitó el casco con propiedad mientras lo guardaba en un truco que daba a entender que desapareció.

El mundo de la vigilia. Había llegado. Ahora solo hacia faltaba encontrar al ser miserable que buscaba. No debía de ser difícil ya que el portaba el anillo de Anavi.

Camino entre los mortales sin que estos tuvieran la menor idea de que el dios de los sueños estaba entre ellos. Era invisible a su vista.

Llego a la cafetería que Anavi trabajaba sintiendo una fuerte energía que el pequeño rubí emanaba.

-Me está llamando.

Se adentró en la cafetería, pero ahora sin ser visualizado no quería llamar la atención de nadie más que de Anteo.

Ya casi iban a cerrar las sillas estaban puestas arriba de las sillas y los pisos ya estaban limpios.

Al fondo vio a Bill el antiguo compañero de Anavi preparando todo para salir. Y después volteó a una de las mesas casi como por instinto.

Ahí estaba. Anteo. Tenía una taza de café entre las manos y parecía estar sumido en sus pensamientos hasta que sintió su presencia y volteó.

-Anteo.

Anteo lo miro con una sonrisa.

Morfeo inmediatamente supo que había visto el rubí que colgaba de su cuello.

Forget ✩ COMPLETA ✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora