Capítulo 13: ¿Kakarotto?

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Vegeta sonrió y se cruzó de brazos cuando el otro Saiyajin aterrizó delante de él.

—Raditz.

—Vegeta —Raditz bajó la cabeza en una ligera reverencia hacia su príncipe, y luego se enderezó—. ¿Cómo has estado?

—No te hagas el tonto, Raditz. ¿Qué demonios estás haciendo aquí? —preguntó el príncipe, mirando al cielo brevemente—. ¿Y quién está contigo? Tu poder de pelea no era el que detectó mi rastreador.

No había visto a Raditz hace al menos un año, probablemente dos ahora adicionando el tiempo de viaje hasta Karbos. Freezer había enviado al Saiyajin de tercera clase a una misión solitaria de exterminio en un planeta inferior, para tratar de perfeccionar su técnica de lucha, pero Vegeta tenía dudas sobre su propósito. "Probablemente estaba tratando de causar su muerte. Freezer tiene miedo de tener demasiados monos a su alrededor." El chico no pudo reprimir su sonrisa ante ese pensamiento.

—Llegué a la estación espacial un par de días después de que Nappa y tú se fueron. Freezer me envió por ti inmediatamente —dijo Raditz, levantando una ceja—. ¿Qué hiciste para hacer enfadar a Zarbon tan jodidamente?

Vegeto entrecerró los ojos, pareciendo pensar un poco antes de volverse hacia la deteriorada edificación.

—¡Muchacha! ¡Sal de ahí! ¡Sólo es Raditz!

—¿Quién?

Él sonrió al escuchar su respuesta y luego, lentamente la chica salió de su escondite, sacudiendo la suciedad y el polvo de su ropa y cabello. Bulma se dirigió hasta los dos Saiyajin y miró a Raditz con creciente interés.

—Hola, ¿nos conocemos?

El Saiyajin no le contestó, si no que se dirigió a Vegeta.

—... ¿Qué es eso? —sus ojos miraron a Bulma de arriba abajo, antes de volverse a enfocar en el príncipe.

—¿Eso? Soy una chica. No me digas que todos los Saiyajin son tan patanes.

Vegeta ignoró su arrebato.

—La he estado manteniendo conmigo para mi placer. Era una prisionera en la nave de Freezer. Zarbon tomó gusto por ella también, pero podemos ver quién ganó al final. Es sorprendentemente lista, y puede que conozca el secreto para realizar la técnica de la Bola de poder.

—¿De verdad? Pero, ¿cómo puede esta chica tan débil saber algo así?

El Saiyajin suspiró con fastidio, tratando de ignorar el cálido cuerpo de Bulma tan cerca del suyo. Raditz, aunque tenía casi la misma edad que Vegeta, nunca había sufrido de esta molesta y distractora predisposición adolescente. Y por mucho que las mejillas de Vegeta se enciendan por lo que había hecho con la chica hace un rato, tenía que mantenerse enfocado en la conversación.

—Ella, al parecer, es un genio en la roca de donde viene.

—¿Y qué roca es esa?

Vegeta se encogió de hombros.

—Un lugar llamado Tierra.

El chico no sabía qué había dicho, pero Raditz de repente lucía espantado. Sus ojos se agrandaron detrás de su rastreador y el Saiyajin apretó los puños con furia.

—¡¿Qué?! ¡¿La Tierra?!

—¿Has oído hablar de la Tierra? —preguntó Bulma, acercándose a él con curiosidad, pero Vegeta extendió el brazo deteniendo su avance. La chica lucía desconcertada—. ¿Qué sucede?

Raditz parecía haber entrado en cólera.

—Tu planeta... ¿es pacífico?

Bulma se encogió de hombros.

Pide un Deseo (Vegebul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora