Capítulo 15: Inestable

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Vegeta estaba hurgando a través de las cápsulas, maldiciendo cuando abrió la equivocada y salió disparada toda su ropa.

—No necesitas doblarlas de nuevo... —Bulma suspiró al ver que él no la estaba escuchando, y seguía con su neurótico hábito. Se sentó en el suelo con la cabeza apoyada en sus manos, mirando al príncipe doblar cuidadosamente cada prenda para luego encapsular todo de nuevo. Su mente no podía escapar de lo que habían hecho antes. Las rodillas de Bulma prácticamente temblaban con el recuerdo de los labios del Saiyajin sobre los de ella. Claro, la acción había dolido muchísimo, pero esa intensidad era en parte lo que la hacía querer hacerlo de nuevo. Eso y el hecho de que él era muy, muy lindo. Pero la chica intentó distraer su mente de todo lo concerniente a Vegeta, sabiendo que debería estar más preocupada por tratar de volver a casa.

"Habrá mucho tiempo para eso después. ¡Finalmente puedo tener novio!" Ella tuvo que contener su risa ante aquel pensamiento. "¿Acaso Vegeta tiene idea de lo que es un novio?"

Bulma decidió rápidamente que no se lo explicaría. El príncipe estaría más conforme con la idea si no sabía nada.

—Muchacha, ¿no se supone que están enumeradas por una razón? —dijo Vegeta, abriendo otra cápsula sólo para encontrar su mochila.

Bulma recordó el radar del dragón que había desaparecido de su bolso. "Espero no tener que construir otro." Se preguntó cómo reaccionaría Vegeta al enterarse sobre las esferas del dragón y su deseo. "Probablemente pensaría que fue una estupidez." La chica sonrió. Sí, eso era exactamente lo que opinaría.

—Sí lo están. Esa pequeña inscripción en la parte superior de la tapa describe lo que hay en las cápsulas, pero es inútil ahora, ya que los contenidos originales no están en el interior.

Vegeta levantó una ceja.

—Vas a tener que explicarme mejor el funcionamiento de estas cosas, muchacha.

—¿Impresionado? —Bulma sonrió, aceptando cualquier cumplido que pueda conseguir—. ¡Oh! Y he estado pensando más detenidamente sobre lo de la luna artificial.

Ella inmediatamente robó toda su atención.

—¿En serio?

—Sí. Verás, los rayos Blutz son solo ondas de luz solar reflejadas en la luna. Y la única diferencia entre la luz del sol y la de la luna, es que la luz de la luna emite radiación verde —ella se detuvo por un instante, viendo si Vegeta todavía prestaba atención—. Sólo puedes transformarte en luna llena, ¿verdad? Porque yo he estado con Goku durante otras fases y nada ha pasado.

—Sí —respondió Vegeta con curiosidad—, pero eso que tiene...

—En luna llena, la radiación verde aumenta por encima de las 17 millones de unidades por segundo. Probablemente sea esa cantidad de radiación la que te permite transformarte.

El príncipe gruñó.

—¿Y cuál es el punto?

—Mi punto es, que no importa el tamaño de la luna, los rayos Blutz no superarán las 17 millones de unidades por segundo sin una superficie reflectora perfectamente circular. Y si fuera posible comprimir la atmósfera con el fin de crear una superficie tal que sea capaz de reflejar la radiación verde...

—Podríamos crear una luna artificial —concluyó Vegeta, negando con la cabeza y recogiendo la última cápsula, la cual contenía la nave espacial de Nappa—. ¿Cómo le hiciste para...

—Soy un genio, ¿recuerdas? —Ella soltó una breve sonrisa y puso las cápsulas de vuelta en la caja de metal—. Puede que tome algo de práctica, pero si logras aprender a comprimir el aire apropiadamente, podrías hacerlo.

Pide un Deseo (Vegebul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora