Capítulo once.
Lea.
—Por favor, papá— le pido con ojos de cachorros.
Suelta un suspiro, mientras pone los ojos en blanco. —¿Por qué no sé decirles "No"?— murmura enojado.
—¿Nos dejarás ir?— pregunta Luz al lado mío.
—Solo serán treinta minutos, treinta— exclama haciendo énfasis en la palabra "treinta".
Nosotras asentimos, y yo corro hacia mi habitación para buscar un abrigo. —¿Entonces sí irás a ver a ese idiota?— me pregunta enojado.
—Por favor, Jonathan, confía en mí— le pido, mientras me acerco a él, y acerco nuestras narices.
—Tengo miedo de que esto termine, Lea— confiesa en medio de un suspiro.
—No terminará— le aseguró sin saber realmente cómo terminará esta mierda. —¿Me esperarás?— le pregunto.
Este asiente, y yo le doy un beso breve. —Llegaré muy pronto para que me dejes escuchar tu canción, ¿Si?— asiente repetidamente, y después de darnos otro beso, salgo de la habitación, topándome con Luz, quien está a punto de bajar las escaleras.
—Solo espero que ambos estén bien— exclama con preocupación. —Ahora me siento tan culpable por no haberle contestado los mensajes a Íker, es que... tengo miedo, él... me dijeron que él no se toma en serio a nadie, y yo...— suelta un suspiro.
Acaricio su hombro. —Tranquila, Luz, todo estará bien.
Bajamos las escaleras, y vemos a papá esperarnos en la puerta. —¿Están listas?.
***
Cuando llegamos al hospital, vemos al señor Pérez sentado en uno de los asientos de la sala de espera.
Así que caminamos hacia él, y nos sentamos a su lado.
—Hola— saludo con poca energía.
—Hola— responde de igual manera, mirándonos a todos.
—Lo siento mucho— exclama mi padre, a lo que el señor Pérez responde con un asentamiento de cabeza.
—¿No le han dado ninguna noticia, señor?— pregunta Luz con preocupación.
—Nada— suspira. —Llevo treinta minutos aquí, y no me han dicho nada de mis hijos.
—Espero que todo se encuentre bien— exclamo sin poder evitar hacer una mueca.
—Yo también espero lo mis— las palabras del señor Pérez son interrumpidas por la palabra de la doctora.
—Familiares de Íker e Iván Pérez— todos nos levantamos y la doctora procede hablar. —Logramos estabilizar a Iván, no fue tan grave para él, solo algunos huesos rotos.
El señor Pérez suspira de alivio, y yo no puedo evitar imitarlo. —¿Y mi hijo? ¿Íker?— pregunta preocupado.
—En cambio, Íker...
***
Todos se han ido del entierro, menos Iván, Luz y yo.
Toco su hombro y lo acaricio, mientras veo a Iván llorar encima de la timba de su hermano.
—Luz, es mejor que vayas y descanses un poco, no estás bien— exclamo con preocupación.
Suelta un sollozo. —Solo nos faltó tiempo para tenerlo todo.
—Le gustabas mucho— le aseguro.
—Nuestra conexión fue tan confusa para mí... esa noche que lo conocí en la fiesta... solo bastó algunos tragos para que me encontrara sumida en sus labios...— llora.
La abrazo. —Tenía tanto miedo de... de que me hiciera daño, que no me acordé de que la vida pasa tan rápido, y él me lo demostró de una manera tan dolorosa.
—Lo siento mucho, Luz— suspira. —Antes de morir, él me dijo que te dijera que: Él estaba dispuesto a todo para que intentaran serlo todo— al decirle esto, sus llantos aumentan, y se separa de mí.
Acaricio su cabello y termina halándolo con frustración, mientras mira el cielo. —Íker... Íker... Íker— empieza a golpearse, así que sostengo sus manos con fuerza.
—Luz— regaño. —La vida debe continuar para ti, debes superar esto, hazlo por él, hazlo por el chico con el que tenías tan vasta conexión.
—Es muy fácil para ti decirlo; porque no fue Iván o Jonathan el que murió, fue Íker... fue mi playboy, es él quien está enterrado allí— señala su tumba.
—Luz— me interrumpe.
—Por favor, déjame sola, Lea, lo necesito ahora— dice, mientras empieza a alejarse de mí.
—¿Por lo menos puedes decirme a dónde irás?— le pregunto con preocupación.
—A casa— dice antes de alejarse completamente.
Necesita llorar... desahogarse. Sacar lo que sea que lleve adentro.
¿Puedes enamorarte de una persona en dos semanas? Creo que Luz es la prueba de que sí.
Es obvio que lo de ellos se fue más lejos que una simple conexión.
Camino hacia donde está Iván, y me siento a su lado.
—No te hace bien estar así aquí, tu brazo y tu pierna están fracturadas, además, está a punto de llover... puedes venir a visitarlo después de estar mejor— le sugiero.
—No me puedo separar de él— dice, mientras mira a la nada.
—Él no se sentiría bien si te viese en este estado— acaricio su cabello oscuro.
—Yo lo maté.
—No, no lo hiciste, solo fue un accidente.
—Si, lo hice, si quizás no hubiese bebido tanto.
—Era una celebración, es normal que bebas— digo para tratar de calmar su sentimiento de culpa.
—Pero no es normal que beba tanto, no puede ser así cada vez que me frustre— suelta un bufido.
—¿Por qué estabas frustrado?— le pregunto con curiosidad. —Creí que la estabas pasando muy bien con tu novia.
Suelta una risa sin gracia. —¿Crees que me voy a sentir bien cuando me topé con tu novio?.
—Yo...— me quedo callada, no tengo nada que decir.
Sé bien que Jonathan es mi novio, y que Iván no tiene ningún derecho de reclamarme sobre esto, pero también sé que no debí dejar que Iván y yo nos acercáramos tanto cuando aún tengo novio.
Los días que han pasado, no los habíamos pasados juntos, yendo a parques de diversiones, a fiestas, a restaurantes, al parque, al mall... hasta que llegó Jonathan.
—No debí dejar que ningún sentimiento creciera entre nosotros— exclamo cabizbaja.
—¿Eso crees, Lea?— voltea hacia mí, y me mira directamente, sus ojos oscuros conectados con los míos, los de él, llenos de dolor, y los míos, de confusión.
Me quedo callada, no puedo evitar bajar la cabeza ante la intensidad de su mirada.
Después de algunos minutos, este levanta mi barbilla delicadamente. Nuestros ojos vuelven a conectarse, nuestros rostros están tan cercas que nuestros labios se rozan involuntariamente.
—¿Qué se supone que es esto, Lea?— me pregunta.
—Yo sé menos que tú— admito.
—Pero podemos averiguarlo, Elfa— es lo último que dice antes de que sus labios se conectaran con los míos en medio de un beso.
Un beso que no puedo describir; porque se esfuma en medio de un segundo cuando escucho su voz. —¿Lea?.

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𝐔𝐍 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐕𝐄𝐂𝐈𝐍𝐎 ✓
Romance¿Alguna vez has visto a tu vecino masturbarse en su balcón? ¿O alguna vez tu vecino te ha dicho "--𝙀𝙧𝙚𝙨 𝙪𝙣𝙖 𝙀𝙡𝙛𝙖 𝙥𝙚𝙧𝙫𝙚𝙧𝙩𝙞𝙙𝙖, 𝙇𝙚𝙖..."?. A mí sí, ¿Quieres saber todo lo que ha pasado después de que intentara no sentir atracción...