02. El nuevo colegio 🏫

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Capítulo dos.

—¿Acaso no miras por dónde caminas?— me pregunta con una ceja arqueada, y con un tono de voz arrogante.

—Perdón, yo— me interrumpe.

—No des excusas, las excusas no solucionan nada— dice antes de pasarme por el lado con su bicicleta, y dejarme ahí tirada en el suelo.

Tengo unas ganas enormes de perseguirlo y darle una cachetada, pero recuerdo que después me la puede devolver, y esa sí que dolería porque debo admitir que el chico es fuerte, aunque no importa si es tan idiota.

Aun así, me levanto rápidamente del suelo, y me volteo hacia su dirección. —¡Lo idiota te quita lo bonito!— grito, pero este solo conduce su bicicleta con una mano para sacarme el dedo con la otra.

Es un patán.

Idiota de mierda.

Me acaricio mi rodilla, y me doy cuenta de que no solo me duele, tengo una herida.

Pobre de mis piernas, ahora tendrán una cicatriz por ese idiota, estúpido, arrogante y patán.

Ni siquiera es tan lindo.

Pero le dijiste que lo era.

***

De una reacción física, sale una química.

De una conexión, sale algo astral.

Sin las pequeñas estrellas, el enorme cielo no sería igual.

Y ahora no sé el porqué de esta situación, y es que no puedo dejar de replicar en mi mente las frases que dijo la profesora de química.

Lo más probable es que sea porque estoy enamorada, o quizás eso no tiene nada que ver con el amor y yo solo lo estoy malinterpretando.

No lo sé, solo sé que lo extraño mucho.

Aunque Pensilvania es bonita, y este colegio nuevo me agrada, nunca olvidaré de dónde vine, y con eso, tampoco lo olvidaré a... él.

El timbre suena, significado de que tendré que ir a clase de historia, y aburrirme por la eternidad de una hora que se sentirá como un año.

***

—Bien, ahora trabajen— exclama el profesor antes de sentarse en su asiento y abrir un periódico para leerlo.

—¿Siempre es así?— le pregunto a Casandra, mi compañera de cuestionario.

—No, hay días que llega tan de mal humor, que nos deja mucha tarea— exclama la chica en medio de un susurro.

—Pero no debería desquitarse con nosotros— Eso es falta de ética.

—Pero lo hace.

Me quedo mirando a Casandra por unos segundos, y después me concentro en el largo cuestionario que me está esperando en la mesa.

Pasan algunos minutos que siento como una eternidad cuando, de repente, la puerta se abre, y un grupo de chicos entran al aula con algunas latas de pintura y unas esposas.

—¿Pero qué hacen?— le pregunto a Casandra.

—Seguramente están tratando de salvarse del profesor.

—¿Salvarse?— pregunto con confusión.

—Si, después de que acabe su hora aquí, tiene que ir a otra sección, y digamos que allí es bastante odiado.

—¿Y qué le harán?— le pregunto con curiosidad.

—Una broma de esas con las que el profesor siempre termina yéndose a su casa, o a veces al hospital.

Miro la escena con preocupación, si mi padre fuese ese profesor, no me gustaría que le hagan eso.

—¿Pero quiénes son los chicos?— le pregunto, ya que no puedo verlos con claridad.

—Es Iván y su grupo, son los peores y más atractivos chicos de la escuela, ya sabes, los típicos populares que tienen a todos bajo sus órdenes, así que te recomiendo que ni siquiera intentes compadecerte del profesor, porque puedes salir mal.

—No importa, no podrán hacerle nada, el profesor los verá.

Casandra ríe con diversión. —No los verá, siempre se despierta con el timbre, y créeme que tiene un sueño muy pesado, una vez abre el periódico, te puedes dar cuenta de cómo ronca si te acercas un poco a él.

—Pero eso es cruel.

—La vida es cruel, Lea.

Y como si de una bruja o adivina se tratase, todo lo que dijo Casandra fue hecho.

No pude observar bien la cara de los chicos, pero sí pude ver todo lo que hacían.

Primero pintaron al profesor y a su traje con una pintura amarilla neón que olía muy mal.

Después le esposaron los pies, y también las manos.

Y como son unos cobardes, luego huyeron.

Pero lo que más me sorprendió de esta situación, fue a aquel chico que vi ayer.

No me sorprende su actitud, lo que me sorprende es que estemos en el mismo colegio, y que me haya arruinado el día.

¿Es decir que si me lo topo aquí, solo tendré descanso y paz en mi hogar?.

¡Ash! ¡Es un idiota! ¿Por qué diablos tiene que estudiar aquí?.

Porque los instas también estudian.

Él es tan... tan... frustrante, ¿Es que no puede ser cortes con nadie?.

Por suerte ni me vio, o, si no, desde el inicio del año escolar me había convertido en el objeto de burlas de él y su grupo de chicos crueles.

Pasaron muchos minutos después de eso, y cuando el profesor se despertó y trató de caminar, se cayó al suelo.

Todos rieron, menos Casandra y yo, quienes veíamos la escena con lástima.

Es un señor, ¿Cómo pueden tratarlo así?.

***

Mientras salgo del colegio, me despido de Casandra, y camino hacia el auto de mi mamá, pero antes de subirme, Casandra me vuelve a llamar.

—¡Oye, Lea! Hoy es la fiesta de cumpleaños de Steve, todos están invitados, así que podemos ir juntas esta noche, te aseguro que no te arrepentirás de ir, Steve es el chico más dulce de la escuela.

—¿Ah si? ¿Así te parece a ti?— le pregunto con un tono de voz coqueto.

Esta suelta una risa nerviosa antes de darme en el brazo de manera juguetona. —No seas estúpida— río, mientras la miró alzando mis cejas. —¿Irás?— me pregunta con un tono serio.

—¿Me necesitas de excusa para ir a esa fiesta?— le pregunto con un tono juguetón.

—¿Q-Qué? ¡Claro que no!, solo dime si irás conmigo.

—Le pediré permiso a mi mamá.

—¡Señora, déjela ir!— le grita Casandra a mi madre, quien me espera con la puerta abierta en el carro.

—¡Okay!— le grita mi mamá desde el carro con el mismo tono juguetón.

—Espero que realmente te deje ir.

—Yo también, chica emo, yo también...

***

Después de llegar a mi casa, no puedo evitar quitarme el sostén una vez llego a mi habitación, y soltar un suspiro de satisfacción.

Libertad...

¡Por fin sean libres, mis hermosos senos!.

Pero si no tienes.

Me despejo de toda mi ropa, y me hago una cola alta después de ponerme mi pijama.

Estoy a punto de tomar mi mochila, y deshacerme de toda esa maldita tarea, pero el sonido de llamada de mi celular me interrumpe.

—¿Aló?— contesto.

—Lea.

—John...

𝐔𝐍 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐕𝐄𝐂𝐈𝐍𝐎 ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora