Prometida al profesor

Capítulo #7

Un beso como el principio de todo...

No sabía cómo había terminado en un cómodo sofá, con una manta gruesa de color verde esmeralda, con una copa de whisky de fuego en las manos mirando el creciente fuego de una chimenea.

¡Estaba en casa del profesor!

Nunca había entrado porque el nunca le había dejado y jamás se espero que la llevara a su casa cuando le dijo que no la llevara a su casa. Sin embargo el le había dicho que si quería beber y desahogarse podía hacerlo allí.

Así que muy cerca de ella, en otro sofá estaba el. Esperando que ella empezará a decir cosas como solía decirle en el hospital.

Habían demaciadas cosas que decirle, sobre el compromiso con Ron y como sus padres se habían molestado por eso, pero lo que realmente quería saber era porque la había estado evitando todos esos días.

Aun no sabía cómo iniciar esa conversación, por eso prefería el silenció.

—¿Porque no está feliz, señorita Granger?—le pregunto el profesor arrugando el ceño con una rara mezcla entre curiosidad y molestia.

Hermione dejo su vaso de whisky de fuego de lado y lo miro. ¿Por qué el pensaba que debería estar feliz? Por qué sabía lo de Ron o por su evidente alejamiento estos últimos días.

—No lo entiendo profesor.

Snape rodó los ojos y bebió un poco de su vaso.

—¡Se va a casar con el más cabeza hueca de los Wesley!

Así que lo sabía. ¿Cómo se había enterado? De todas formas lo que llamaba más sus atención era saber que pensaba al respecto. Era obvio que Ron no era de su devoción.

—Bueno aún que tampoco me interesa con quién se case, señorita.

El profesor se bebió lo último que quedaba, no quería hablar. No quería decir lo que no debía estar pasando en el. La razón por la que había estado bebiendo en ese bar muggle, donde nadie lo conocía.

Para el solo era otro fin de semana en Hogwarts, un día para calificar, hacer algunas pociones y regañar a algunos Griffindor fastidiosos. Todo era muy aburrido dentro de su normalidad, hasta que Poppy  soltó una bomba frente a todos los profesores a la hora del almuerzo. Había ido al ministerio justo cuando Ron le proponía matrimonio a Hermione Granger.

Al principio quiso hacer como si nada pasaba pero algo en esos días que ella estuvo cuidándolo, le hizo tener sentimientos. Sentimientos que no deberían existir pero que sin embargo estaban alli para decirle de nuevo en la cara que ella no era para el. Podía ser su padre y sin embargo podía sentir como la rabia subía por su garganta.

No había podido dormir y en cambio había salido a beber. Eso sin esperar que cierta sabelotodo insufrible, estuviera bebiendo triste. ¿Porque? ¿Porque el destino le hacia pasar por eso?

—¿Cómo se enteró?

—Poppy pasaba por allí y llevo el chisme a Hogwarts.

Hermione bajo la mirada y de nuevo parecía estar triste.

—Deberia estar saltando de felicidad, casarse con ese idiota ha sido de las cosas que más a deseado.

Hermione regreso a su vaso de cristal y bebió todo su contenido de un sorbo haciendo una cara de que no estaba acostumbrada a algo tan fuerte.

—Mis padres no están de acuerdo.

La sorpresa en los ojos del profesor no se hizo esperar.

—¿Porque?

—No lo se exactamente. Creo que quieren a alguien que no sea mago.

El profesor bufo, recordandose lo malo que había sido que su madre se enamora de un muggle. Alguien a quien debían esconderse su verdadera apariencia y luego cuando se había enterado. Los había molido a golpes.

—Quizá no saben lo malo que podría ser eso...

Hermione alzo la mirada hacia el con curiosidad. El profesor parecía conocer muy bien la situación al respecto, por la forma en la que había dicho eso último. No tuvo que atar cabos para reconocer que entre los recuerdos del profesor estaba una infancia difícil y de repente se sintió mal por el.

—Lo lamento profesor, mi intensión no era hacerlo recordar.

El profesor Snape no dijo nada al respecto en cambio se levantó para mirar la ventana.

—Mi padre era muggle, señorita—Empezo el profesor sin siquiera mirarla—El y mi madre se conocieron en un verano y se enamoraron. Mi madre nunca dijo algo sobre nuestro mundo por temor a perderlo, hasta se peleó con su familia por conservar su amor se verano. En algún momento me imagino que se enteró, no sé si por ella o por mi. El nunca entendió lo que éramos nosotros. Siempre
nos considero una aberración y no se cansaba de recordarnos que nos odiaba por ello.

Cuando el profesor termino el relato sin esperarlo, tenía a Hermione en su espalda abrazándolo con fuerza por su cintura. Acción que sorprendió al profesor por lo natural de su reacción. ¿Hace cuento que no recibía un abrazo? ¿Hace cuento que no dejaba que una persona se acercara a el?

—¡Cuanto lo siento!

Snape se dio la vuelta haciendo que Hermione lo soltara.

—No se lo cuento para que sienta pena por mi, si no para que no cometas el mimo error.

Hermione sonrió con los ojos cristalinos. Era la primera vez que el profesor le contaba algo de su vida. La primera vez que lo sentia más como un humano.

—¡Gracias profesor!

Dijo y se colocó de puntillas para abrazarlo con fuerza cruzando sus brazos por encima de sus hombros. Algo que provocó que el profesor dejara por un lado su típica seriedad y le devolviera el abrazo con evidente nerviosismo. Sus brazos cruzaron la espalda baja de Hermione y no pudo evitar sentir su calor por encima de la delgada tela que la cubría. Era reconfortante.

Los segundos pasaron, solo escuchando débil sonido de su respiración y también el crecipitar del fuego. Hermione fue la primera en separarse pero solo el suficiente para que sus rostros quedarán cerca. Se miraron a los ojos, se dejaron llevar por la magia de momento y cuando menos lo pensaron, sucedió.

Los labios del profesor estaba sobre los de Hermione y ella le correspondía con la misma emoción.

Estaban en serios problemas...

...

¡Hola mariposas!

¿Que les pareció?

Uff creo que ninguno de los dos se esperaba esto pero eso solo es el principio.

Nos vemos pronto
Besos y abrazos
Lia Diso 😘