El lugar donde Felix vivía era conocido por sus relatos y cuentos fantasiosos. Algunos creían en aquellas historias, otros pensaban que eran simples disparates, entre ellos Felix. Los habitantes normalmente decidían creer, aún sin tener una prueba.
Pero eso sí, para varios tenían diferentes significados. ¿Las hadas? Hay buenas y malas, exiten hadas que te ayudan a prosperar mientras que hay unas que solamente te arruinar la vida. ¿Las sirenas? Para los marineros son indicio de muerte, bajo su seducción te llevan al suicidio, mientras que para la gente que vive en tierra son símbolo de sabiduría y belleza. ¿Dioses y hechiceros? Oh, sí, hay muchísimos de esos, la lista es bastante larga y sus significados también. ¿Híbridos o seres mitológicos? Son catalogados como mascotas mágicas, debes ser bastante especial para poseer uno. Y así nos podemos seguir con cada cosa poderosa que se nos venga a la mente, las creencias varían según la persona.
Para personas como Felix se les hacía difícil de creer el simple hecho de su existencia. ¿Cómo van a existir hadas y sirenas? ¿Quien carajos tendría magia como para conjurar a los dioses? Dios, era completamente absurdo. Tantas cosas que se podrían lograr con esos seres, mucha gente no estaría al borde de la pobreza, las personas no morirían, todos fueran felices. A veces la gente pensaba que era incluso egoísta, si existían realmente ¿por qué no compartir su magia?
Es algo de criterio de cada uno.
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La amistad de Felix y Seungmin es aquella cliché de que uno es diferente al otro, en el sentido de que; uno creé, el otro no. A el castaño le gustaba sentarse a escuchar historias sobre magia, mientras que Felix se dormía de inicio a fin solamente por acompañar a su amigo.
Había una temporada del año dónde gente de afuera llegaba y contaba muchos relatos de sus hogares natales o del mismo pueblo. Las noches eran jóvenes en esas épocas, las calles iluminadas por luces preciosas y llenas de gente. Seungmin amaba eso, era como una festividad, mejor que la víspera navideña.
— ¡Lix! ¿Adivina qué? Mañana vendrá uno de los mejores relatadores, contará una historia relacionada con la luna. ¿Puedes creerlo?
Seungmin llegó emocionado junto a Felix con un folleto en sus manos, mientras el rubio limpiaba algunas reliquias de oro.
— Tenemos que ir, definitivamente debemos ir.
— Seung, mañana tengo un día atareado. No sé si pueda acompañarte.
— Lo siento mucho, Lix. No aceptaré un no, hay que ir sí o sí.
— ¿Eres consiente de que me dormiré durante todo el festival?
— Solo pido que me acompañes, es importante para mí, ¿si puedes?
El castañito le hizo unos ojitos de cachorro a su amigo, Felix no podía negarse con Seungmin.
— ¿Por qué soy débil contigo? —Contesto resignado y Seungmin lo abrazo.