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— ¿Tu casa como es? Según yo la luna solo tiene una superficie, ¿es cómodo estar ahí?

— Mi casa está en el cielo, tenemos un lugar muy acogedor ahí. A la luna voy cuando debo hablar con mi diosa o recargar mis alas.

Bien, ¿recuerdas el día anterior? Después de que Hyunjin y Felix se despidieran, esté último esperaba con ansias volver a verlo. Al día siguiente partió con Seungmin a contarle todo, el castaño estaba sorprendido por la información, justo como Felix ayer. Seungmin le dijo que su amigo de la tienda de cuarzos podía ayudar a hechizar, él estaba metido en aquellos movimientos. Así que mientras el castaño fué con su amigo de cuarzos, llamado Changbin, Felix volvió al monte en busca del ángel para tener más charla.

— ¿Cómo se llama tu diosa? Me sería más fácil llamarla por su nombre.

— ¿A ella si la llamaras por su nombre? Es injusto. —El rubio se cruzó de brazos y frunció su ceño, muy infantil.

— ¿Por qué tanta intensidad? Poste con alas te queda bien, es un buen nombre artístico.

— Me gustaría escucharte decir mi nombre. Sonaría bonito con tu voz.

Felix enrojeció totalmente y se acomodó nervioso sobre su lugar. En estos minutos que llevaban charlando, el grisáceo se dió cuenta que Hyunjin era muy directo y sutilmente coqueto.

— S-si, bueno, en otra ocasión t-tal vez. Porque no mejor, ¿me platicas sobre tus amigos? Yo ya te hablé de Seungmin.

— ¿Solo tienes un amigo?

— Solo lo necesito a él, no quiero más. —El pecoso sonrió recordando a su querido amigo.

— Creo que entiendo esa parte, a mi todos mis colegas me caen mal a excepción de dos. Imagino que todos los humanos te caen mal también.

— ¿Qué? No, no, no es eso. Las demás personas me caen bien, solamente que con Seungmin tuve una conexión más grande. ¿Por qué tus colegas con te caen bien?

— ¡Deberías conocerlos, Felix! Todos los ángeles son muy engreídos, bastante especiales con todo y siempre traen cara de enojados. 

— Habló el ángel. —Felix lo miró con las cejas en alto y una sonrisa burlesca.

— Yo y mis amigos somos la diferencia, claramente. —Dijo con superioridad.

— ¿Y como se llaman tus grandiosos amigos?

— Se llaman Minho y Jeongin, son fantásticos. Minho es mayor que yo, mientras que Jeongin es más pequeño.

— Cierto, a todo ésto. ¿Que edad tienes? Probablemente deba hablarte de manera formal.

— No se cómo funcione en la tierra aún, pero tengo 221 lunaciones.

— ¿Que son lunaciones?

— Verás, la luna cumple con un ciclo, ese ciclo durante un año acomula 13 lunaciones. Entonces mi edad se basa en la suma de las lunaciones desde que nací hasta hoy.

— ¿Debo recurrir a la matemática entonces? ¿Puedes conseguirme hoja y lápiz?

— Literalmente puedo llevarte hasta las estrellas si quieres.

El rubio saco a destellar el brillo azul que brotaban sus manos, creando poco a poco un cuadernillo y lápiz. Felix estaba fascinado con los poderes del chico alado.

— ¿Todos los ángeles tienen poderes como tú? —Pregunto cuando Hyunjin le entregó las cosas.

— No, son pocos los que tienen poderes. Depende mucho de nuestro nacimiento, Jeongin es igual que yo por ejemplo.

𝖧𝗂𝗃𝗈 𝖣𝖾 𝖫𝖺 𝖫𝗎𝗇𝖺 - 𝖧𝗒𝗎𝗇𝗅𝗂𝗑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora