Su primera vez en la tierra.
Minho estaba maravillado de cómo cualquier ángel a sus ciento ochenta y dos lunaciones. Catorce años para ser exactos.
Eran inicios de noviembre, la mitad de Londres estaba decorado con fantasmas y calabazas, mientras que del otro lado había arbolitos decorados y mucha escarcha. Al parecer había dos festividades activas. Minho no pudo bajar en mejores épocas.
Estaba a punto de conocer a su humano, tenía como misión hacerle sentir amado. Se sentía entusiasmado aún si él ni siquiera sabía lo que significaba el amor como tal, pero no importaba, ahora tenía una razón para existir y eso era maravilloso.
Voló por toda la ciudad hasta toparse frente a un edificio donde sus alas brillaron y picaron. Era ahí, ahí estaba su humano. Ascendió hasta el séptimo piso, posó su vista en una ventana y se asomó, mirando como un chico y una pareja recibían varias cajas de un señor con un uniforme raro para su gusto.
— Bien, puede firmar aquí por favor, señora Han.
La señora castaña firmo los papeles de recibido, regresando la carpeta con una sonrisa.
— Muchas gracias por los paquetes. ¡Tenga un buen día! —sin más, cerro la puerta tras suyo para acercarse a su familia.
— Hanji, pediste muchas cosas, hijo.
— Lo siento, tío Doyun. Me emociona redecorar mi habitación, tenía que aprovechar que mi tía Suni me prestó la tarjeta.
— Claro, que tía Suni consienta al niño, ¿verdad? —su esposo la miro con ojos acusatorios.
— Jisung merecía muchas cosas. Haré de cuenta como que no me dolió gastar.
Jisung.
Jisung se llamaba su humano.
Le pareció sorprendente como es que tenían un parecido en la edad, capaz eso le ayudaría mucho para acercarse a su objetivo.
— Gracias por las cosas, tía Suni. Iré acomodando todo esto.
— Está bien, tesoro. Te hablaré para la comida.
Después de recibir un beso en su frente, el adolescente fue a su habitación, siendo seguido por el pequeño alado.
Estando dentro del cuarto, Jisung dejó las cajas sobre su cama, luego fue por unas tijeras para comenzar a abrirlas. Minho lo veía curioso, echó una mirada por toda la habitación.
Era un cuarto con tamaño suficiente. Habían varios cuadros con fotos de él, otras de pequeño supone, había unas con él y la pareja que estaba en la sala y unas cuantas de él con otros señores, que si le preguntabas, se parecían mucho más a su humano. Varias imágenes enormes con dibujos animados plasmados, muñecos pequeños y algunos discos. Ah, y una linda guitarra en una vitrina justo en la orilla del lugar.
Un sitio muy colorido.
El chico comenzó a sacar los objetos que provenían de la caja. Eran algunos álbumes, otras decoraciones como las que ya tenía y un tapiz personalizado.
Minho se sentó a observar como sacaba la gran tela con dificultad, y cuando por fin lo logro, esté simplemente abrazo la tela y sonrió.
El ángel tenía curiosidad que contenía el tapiz, sin embargo se quedó con la duda debido a que la dejo a un lado, aún envuelta. Y comenzó a decorar con lo demás de la caja, colocando música de fondo.
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𝖧𝗂𝗃𝗈 𝖣𝖾 𝖫𝖺 𝖫𝗎𝗇𝖺 - 𝖧𝗒𝗎𝗇𝗅𝗂𝗑
Fantasy❝ 𝘛𝘰𝘯𝘵𝘰 𝘦𝘭 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘢, 𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘭𝘦𝘺𝘦𝘯𝘥𝘢: 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘩𝘦𝘮𝘣𝘳𝘢 𝘨𝘪𝘵𝘢𝘯𝘢, 𝘤𝘰𝘯𝘫𝘶𝘳𝘰́ 𝘢 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘭 𝘢𝘮𝘢𝘯𝘦𝘤𝘦𝘳, 𝘭𝘭𝘰𝘳𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘱𝘦𝘥𝘪̀𝘢, 𝘢𝘭 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢𝘳 𝘦𝘭 𝘥𝘪...