Alf

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-Natalia.- Escuché un susurro. Puse mis 5 sentido al 100%. Pensé que había sido Alba, o la persona que estuviese en frente mía. Pero ella seguía plácidamente dormida.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
-Joven.- Esta vez no era un susurro, me giré en un movimiento.- Aquí. Tranquila.
Vi asomarse de una de las habitaciones a un hombre, era más un anciano. Parecía buena gente.
Me hizo un gesto con la mano, indicando que pasase. No podía ser todo tan surrealista esta noche.
Me quedé en el marco de la puerta observándole fijamente. No me resultaba extraño del todo.
-Si no me equivoco tú eres Natalia, ¿verdad?- No sé si debería responder a eso.- Tranquila, es que he estado viendo las fichas y te he visto por aquí, pero tranquila, Alba ya me ha explicado que todo tiene un motivo, y permíteme decirte que por gente como tú amo mi profesión.- Me quedé a cuadros. A cuadros no, a rombos. Aquí es cuando debo de adivinar que él es el padre de Alba, ¿no?
-Tú eres...
-El abuelo de Alba, efetivamente.- ¿Abuelo? ¿No era su padre a quien también le gustaba esta profesión y esas movidas?- Te veo con muchas dudas, puedes sentarte, yo tampoco tengo sueño.
-Realmente creo que no hay noche entera para que pueda responderme todas las dudas que tengo.
-Puedes tutearme, y bueno... prueba. Soy Alfonso. Alf para los amigos.
-Vale... Encantada Alf.- Le extendí la mano, pero me hizo chocar el puño. +5 puntos para el yayo.
-Vale... a ver. Alba me comentó que era su padre a quien le encantaba esta profesión, y que por eso tenía tanta presión encima y eso...
-Ya, ese cascarrabias está en Elche. Creo que esta profesión viene de familia. Su padre es mi hijo. Pero yo estoy aquí por otros temas.- Sospechoso, pero ya todo me cuadraba.
-Vale.... y, ¿por qué está Alba durmiendo en el sofá de fuera?
-Porque no pensaba dejar a su viejo abuelo hindagando por la comisaría solo. Es parte de los asuntos que tengo que resolver por aquí.
-Aha... asuntos a las...- miré el reloj digital de la mesa- 05:58 de la mañana.
-Sé que suena raro... pero tiene su lógica. Cuando conozcas más a esta familia lo entenderás.- ¿Como? ¿Por qué iba a adentrarme en la familia Reche?- A que mi nieta es guapa.- ¿CÓMO?
-S...si... claro que lo es. Pero, ¿por qué pregunta?
-Lo primero, que me tutees- me dió un capón en la cabeza. Realmente no sabía de donde había salido este personaje.- Y lo segundo, ¡hay boda!- ¿Cómo boda? Su mente de jubilao debía estar a estas horas a tres mil por hora, porque la mía no era capaz de hilar tres palabras seguidas de las que este señor soltaba por la boca.
-Pero... Ah, antes de que se me olvide preguntar, ¿cómo me has reconocido en cuanto he entrado?
-¿Cómo reconocido? Si yo hasta que no te he visto plantada delante de mi nieta no he sabido que había alguien aquí.- ¿Cómo?
-Entonces... ¿quien ha susurrado mi nombre?- Se quedó callado, sus globos oculares viajaban a mil por hora por toda la habitación.
-¿Lo has escuchado?
-Si... el susurro sí, ¿por qué?
-Natalia... ¿hace cuanto perdiste a tus padres?- ¿Perdón? Aquí ya la conversación estaba pasando a castaño oscuro.
-Discúlpame Alf, pero creo que esto ya es demasiado. Nos vemos.
-No, espera, por favor.- Me giré.- Ha sido todo muy brusco. Es verdad. Nos vemos mañana los 3 en alguna cafetería de aquí cerca y te explico. Tiene que ver con el por qué estoy yo aquí. Sé que en mi no confías porque no me conoces, pero confía en mi nieta. Si en algún momento mañana no te sientes cómoda, sin ningún tipo de compromiso podrás irte.-No conocía de nada a la Alba Reche esta y ya tenía pinta de que tanto ella como su familia iban a darme guerra.
-Vale... hasta mañana.

A otro ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora