Elena

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La tarde pintaba intensa, por lo que no me compliqué mucho. Me puse un chandal negro, con las airforce blancas, y salí con el skate en una mano, y un piti en la otra.
Mentiría si dijera que no estoy nerviosa.
Al rato llegué a la cafetería, aún quedaban un par de minutos para la hora, lo cual me sorprendió. No acostumbraba a ser puntual.
Me encendí otro piti mientras esperaba.
-Fumar mata, jovencita.- Se dirigió hacia mí. Rapidamente levanté la mirada del suelo, y vi a una Alba curiosa, junto a su abuelo. Quien, nada más decir aquello, sacó un puro de la cajetilla y se lo encendió. Le sonreí.
-¿No era que fumar mataba?
-De eso se trata, jovencita.- Me hizo gracia, pero creo que a su nieta no tanto, por cómo le desafió con la mirada.
Cuando ambos terminamos de fumar, nos dirigimos al interior del local, y tras pedir, empezó la conversación.
-Supongo que tendrás muchas dudas sobre lo de anoche.- Empezó el abuelo de Alba. Yo asentí.- Pues, ¿quieres empezar por algo en concreto?
-¿Cómo supiste lo de mis padres? Porque una corazonada me dice que Alba no te lo contó.- Dije bajo la atenta mirada de ambos. Alba se removió incómoda en su silla, lo que me hizo dudar de  haberlo dicho tan segura. Igual sí había sido ella.
-Al entrar lo escuchaste, ¿no?- Supongo que se refería al susurro. Alba miraba confundida.
-El susurro, si.- Me miró como si acabase de confirmar la última pieza que le faltaba para completar el puzle.
-Yo veo fantasmas, Natalia.- Me quedé muda. Ahí sí que me estaba vacilando. La familia Reche se estaba riendo de mí en todos los idiomas posibles.- Ha sonado raro, perdóname.- Corrigió al notar el codazo que le dio su nieta.
-Sí, ha sido bastante raro. No sé si esto ya es una cámara oculta o qué coño pasa.- El tema estaba empezando a cansarme.
-Tu padre era alto y delgado, cara redonda pero finita, con pelo clarito y en poca cantidad. Tenía piel arrugada y morena. Tu madre era un poco más bajita que tu padre, tenía la cara alargada y muy pocas arrugas. Tenía media melena por los hombros, pelirroja y a capas.- Me sorprendió la descripción tan detallada.
-Todo eso es correcto, pero podrías haberlo visto en cualquier foto. No quiero dudar de tu palabra, pero todo esto me parec...
-Y tus hermanos.- Ahí sí que se paró todo. Cómo coño sabía de su existencia. Albsolutamente nadie sabía de ellos. Ni siquiera aparecen en ninguna foto.
Me incliné en la mesa y me apoyé sobre los codos, mirándole desafiante, invitándole a seguir.
Alba me miraba perpleja. No sabía de la existencia de ningún miembro más de mi familia.
-El susurro del otro día no era de tus padres. Era Elena.- Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
-¿Conoces sus nombres?
-De ambos. Pero sólo conozco a Elena.
-¿Conoces a mis padres?
-No. Sólo por lo que Elena me muestra.- Ya no supe qué más decir. Me ardía el pecho.
-¿Por qué sólo está ella?- Se quedó callado.
Yo insistía con la mirada. Tenía la necesidad de saber la respuesta.
-Porque él aún está vivo.- Todo me daba vueltas.
-Elena murió.- Dije en un susurro, para mí misma. Esto sí que no me lo esperaba. - Disculpadme, creo que es hora de que me vaya.
-Espera, Natalia, por favor.- Me giré barajando la posibilidad de quedarme. Era lo último que quería, pero al final lo hice.
-Tienes que encontrar la forma de comunicarte con ella. Te lo explicará todo.- Sólo asentí y me levanté para irme.

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⏰ Última actualización: Aug 15, 2022 ⏰

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