Una vez dejamos a Marilia en el centro, sabía que se venía LA conversación. Y honestamente, no estaba preparada para ella.
-Natalia... ¿qué les pasó a sus padres?
-Murieron en un accidente de coche.
Reinó el silencio. No era incómodo, pero estaba deseando que lo rompiese con cualquier pregunta.
-¿Cómo la conociste?- Me miró por primera vez desde que había empezado a hacer preguntas. Parecía que le importaba de verdad.
-En una de las visitas que hice al centro. Nos quedamos prendidas la una de la otra en cuanto nos conocimos.- Sonreí recordándolo. En cuanto me di cuenta de que Alba también lo hacía, carraspeé recomponiéndome.
Iba a hacer otra pregunta, y sabía de sobra cuál tocaba. Sin embargo fui más rápida, y la evité.
-Es un poco tarde. Creo que me voy ya a casa. Gracias por todo, Alba. De verdad.
-No voy a dejar que te vayas sola teniendo yo el coche, Natalia.
Era lógico.
-No sé yo si me apetece que mi futura poli me lleve a casa, rubia.
-Venga va, te lo digo como amiga. Te acerco. Te prometo olvidar tu dirección en cuanto entres por la puerta.
-No prometas cosas que no vas a cumplir.
-Cierto. Bueno pero te prometo jamás usarlo en tu contra.- Era curioso. Parecía darle también bastante importancia a la palabra. Eso era importante.
-Venga vale. Pero te tomo la palabra rubia.
-Bieeeeeen.- Contestó con voz de bebé. Era gaciosa la chica. Igual sí que nos llevaríamos bien.
Íbamos con Billie Eilish de fondo, con conversaciones triviales, pero amenas.
-Aquí es.- Paró y volvió a reinar el silencio. Observaba el barrio en silencio, como si no lo hubiese visto nunca.
-No conocía esta zona.
-Normal. No es la favorita de muchos, la verdad.- Rapidamente abrió los ojos, y habló, como queriendo arreglar lo que había dicho.
-Yo no quería decir eso Natalia, seguro que es un barrio de puta madre, sólo que nunca he pasado por aquí y...
-Alba, tranquila.- Se tranquilizó por fin.- Es un barrio de mierda. Si lo sé. Pero admite que tampoco te sorprende. Vivimos 7 personas ahí dentro. Pero a todo es acostumbrarse.- No sé si la que la había cagado ahora era yo. Se había quedado estática.
-Yo... lo siento. No sabía en qué condiciones...
-Creo que según hablamos la vamos cagando más.- Estallamos las dos a carcajadas. Era verdad.- No pero en serio. No son las condiciones que todo el mundo desearía, pero no nos falta de nada. Igual algún día les conoces, aunque espero que no sea en comisaría.- Conseguí que volviese a reir.
Ahora sí que nos despedimos y subí a casa.-YA ESTOY EN CASAA- Grité a mis compañeros de piso. Rapidamente vinieron María, Haus, Pablo, Ici y Afri hablando escandalizados. Hablaban todos a la vez. No se les entendía una mierda.
-A ver, uno a uno por favor.
-Eilan, que Damion ha desaparecido.
Todo se paralizó en ese momento. Mi cerebro iba a mil por hora.
-Pero si hemos estado todos en el bar, y luego habéis venido directos aquí, ¿no?
-Él se fue a dar una vuelta, pero hace una hora que debía estar aquí. No sabemos si le han cazado los maderos por droga, por robar, o si ha tenido movida por tema drogas o robos. Te estábamos esperando porque no cogías el puto teléfono.
Miré el aparato, y tenía 20 llamadas perdidas de cada uno de ellos.
-Lo siento.- Contesté sincera.
-Tranquila, pero ahora vamos a buscarle.- Contestó María.- Natalia e Ici, vosotras vais a mirar en comisaría.
-Pero si literalmente somos a las que más conocen por allí.-Contestó la del pelo rosa.
-Ya, pero Natalia se lleva bien con Julia, y por lo que me ha parecido ver también con la rubia despampanante.- Rapidamente eché una mirada asesina a mi amiga, pero continuó.
-Afri y yo iremos por la zona del mirador y del parque, los Pablos id por donde el descampado. Vosotros debéis pillar machetes por si las moscas.
Todos asentimos ante sus órdenes.
Iba a pillarme yo también mi machete, pero íbamos a comisaría, lo que me hizo cambiar de arma.
Opté por ponerme todos los anillos que tenía.
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A otro lado
FanfictionNatalia Lacunza, una chica joven, con un pasado duro, vive con su "familia" y llevan una vida dedicada a disfrutar y vivir cada momento, pero sobre todo, a ayudar a quienes lo necesitan. Alba Reche, dos años mayor que la anterior, se acaba de mudar...