Minchae: —¡¿Por qué?! —Volvió a repetir.
Estoy consciente de que ella tenía que saberlo, pero de pronto me volví cobarde y las piernas debajo de mi pantalón deportivo temblaron.
Hanna: —Solo... ya... es que ya no tengo nada que hacer aquí, tengo que volver a Corea. —Murmuré.
Minchae: —¿Cómo que no tienes nada que hacer aquí? ¿Yo estoy pintada? ¡Claro que tienes mucho que hacer aquí! Se supone que viniste a pasar navidad conmigo, a estar juntas en año nuevo. ¿Y dices que no tienes nada que hacer aquí? —Explotó, con todas esas lágrimas cayendo por sus ojos.
Hanna: —Minchae, discúlpame. —Supliqué.
Hanna: —Pero entiéndeme, tengo que irme.
Minchae: —¡Es que no te entiendo! No logro comprenderte. ¿Por qué?
Verla así, derramando lágrimas por mí es devastador, pero aun cuando esté enojada y no encuentre explicación a mi partida, es preferible que verla con el corazón roto, sin novio, ni mejor amiga.
Pero ella tiene derecho a saber, las lágrimas se me atoraron en la garganta y la voz no salió del nudo de ella, solo abrí la boca, pero no hubo sonido alguno.
Llamaron a la puerta y ninguna de las dos nos movimos, solo mis ojos se dirigieron a la armazón de madera.
Los golpes insistieron, Minchae se giró y fue a abrir, dejándome colapsada por la persona que está del otro lado.
Heeseung: —Minchae. ¿Por qué lloras? —La miró preocupado, el rostro de ella está enrojecido y sus ojos no paran de llorar.
Ella se dio la vuelta sin contestarle y caminó hacia mí, cuando Heeseung me vio llorando también, abrió sus ojos con sorpresa y pensó lo peor.
Heeseung: —Minchae...
Minchae: —¡Dime por qué maldita sea te vas! —El grito de ella lo interrumpió y allí Heeseung pareció caer en cuenta.
Heeseung: —¿Te vas? —Me preguntó y a su rostro asomó una expresión de dolor que lo desencajó por completo.
Ya no puedo más, no lo soporto, siento que me derrumbaré aquí mismo tras la mirada de dolor en ambos, dos personas que amo bastante.
Hanna: —Sí. —Obligué a mi garganta a abrirse de nuevo, solo para contestarle a él.
Heeseung: —¿Por qué? —Inquirió, desconcertado y cínico.
Gemí, incrédula. ¿Él me pregunta por qué? Moví la cabeza negativamente, lo odio.
Hanna: —Mi vuelo sale a las once, perdóname, Minchae. —Tomé mi bolso y salí corriendo de allí, simplemente ya no puedo soportarlo.
Corrí escaleras abajo y salí al exterior, no tengo dinero y la gente me regala miradas raras porque mi rostro está bañado en lágrimas. Hay una persona que aún no he visto, una persona que debe enterarse de que me voy y las razones del porqué me voy; me falta despedirme de mi mejor amigo, Jake.
Lo llamé y le pedí que me recoja, ya que no sé dónde vive.
A los pocos minutos apareció en el parque en el que estoy.
Me llevó hasta su casa, porque le pedí que lo haga, no quiero hablar en plena calle sabiendo que me soltaré a llorar más de lo que ya lo hago.
Ni siquiera me molesté en apreciar la casa o lo que hay en ella, todo lo que hice fue seguir a Jake hasta su cuarto, luego de saludar a su madre.
Jake: —Ahora dime... ¿Qué pasa? —Me hizo sentar en su cama y él se sentó en la silla de un escritorio que tiene al lado.
Hanna: —¡Soy una completa estúpida, Jake! —Farfullé.
Jake: —¿Por qué?
Hanna: —Porque no acaté las reglas, porque le rompí el corazón a mi mejor amiga y porque como una completa cobarde, regresaré a Corea.
Jake: —¿Cómo? Espera, cuéntamelo por partes, no te entiendo. —Gesticuló con las manos, haciendo señal de que pare.
Suspiré, tratando de limpiarme las lágrimas que no se cansan de salir.
Hanna: —Regreso a mi país.
No sé por qué siempre empiezo diciendo eso.
Jake: —¿Por qué?
Hanna: —Esa... esa es la parte difícil. —Dije entre sollozos, unos ruidos se escucharon afuera de su habitación.
Hanna: —¿No deberíamos cerrar la puerta? —Pregunté, temiendo que alguien pueda oírnos.
Jake: —Mi madre no se mete en lo que no le incumbe, no te preocupes. —Me tranquilizó.
Jake: —Dime. ¿Por qué te vas?
Hanna: —Porque soy mala, Jake. —Sollocé más fuerte.
Hanna: —Si supieras, cuánto me duele... en serio.
Jake: —Pero dime. ¿Por qué? —Su tono de voz no solo es preocupado, sino también desesperado.
Hanna: —Porque... no te hice caso, Jake; después de que hablamos por teléfono el otro día yo... me sentí tan mal que cometí una estupidez.
Jake: —¿Qué hiciste? —Sus ojos se mostraron cautelosos y continúan preocupados.
Hanna: —Me embriagué y besé a Heeseung.
Minchae: —¡¿Besaste a mi novio?!
Minchae apareció de pronto por la puerta, con los ojos abiertos de incredulidad y la cara desencajada de dolor.
Si ven algún nombre sin editar, me lo hacen saber por favor.
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El manual de lo prohibido › Lee Heeseung ✔︎
Fanfiction¿Alguna vez has deseado algo prohibido? Como si eso estuviese en la lista de "no toques, no codicies" pero que en cada momento te incita más a tenerlo. Decían que eran la pareja perfecta, y yo, situada en medio, todo saldría mal. Adaptación autori...