Extra (69)

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Hanna: —No estoy muy segura. —Hice un mohín, sintiendo como mi corazón late nervioso bajo mi pecho.

Él sonrió y se acercó para besarme la cabeza.

Heeseung: —¿Qué piensas que va a pasar? —Me dijo, y su aliento al hablar me movió los cabellos.

Hanna: —No sé, Heeseung. —Musité, viendo cómo se puede vislumbrar la cúspide del edificio del aeropuerto tras la ventanilla trasera del taxi.

Hanna: —Sé que ha pasado un año. —Dije, mientras su nariz continúa revolviéndome el cabello.

Hanna: —Pero te recuerdo que la última vez que hablamos, me dio una bofetada. —Mi entrecejo se arrugó en una expresión de congoja al recordarlo.

Heeseung rio y el soplo de su risa me acarició el cuello, luego sus labios se pasaron en él dulcemente, haciéndome erizar la piel.

Heeseung: —Tú mejor que nadie conoces a Minchae; ella no puede guardar rencor durante tanto tiempo. —Me dijo, ahora mirándome.

Heeseung: —Además, ahora ya está bien, ya está con Jake. —Me sonrió.

Heeseung: —El tiempo cura las heridas. ¿Recuerdas?

Hanna: —No todas, Heeseung. —Contradije, ahora de verdad nerviosa, ya que el taxi se aparcó justo frente al aeropuerto.

Heeseung pagó el taxi y como quien no quiere la cosa bajé de él; me quedé de pie hasta que Heeseung se colocó a mi lado y pasó una mano por mi cintura.

Su tacto me hizo sentir un poco mejor.

Heeseung: —Vamos. —Me dijo, empujándome amablemente.

Caminé a su lado, mientras la gente va de un lado a otro con maletas y boletos en la mano.

Hanna: —¿Por qué estás tan tranquilo? ¿Qué acaso sus últimas palabras para ti fueron "está bien Heeseung, no hay problema con que te hayas enamorado de mi mejor amiga, vete en paz"? —Farfullé y pensé que se iba a reír, pero en vez de eso, su rostro se volvió un poco tenso.

Heeseung: —No, ya sabes que no me despedí, pero... mira, si quisieron venir a visitarnos yo creo que ya no hay rencores. —Se encogió de hombros.

Heeseung: —Tranquila. ¿Sí? —Me besó la cien mientras continuamos caminando para sentarnos a esperar que el vuelo de ellos llegue.

Luego de unos minutos los vimos salir por la puerta de donde emergen los demás pasajeros provenientes del vuelo de Italia, y reconocí el cabello oscuro de Minchae, su mirada está baja, indiferente, la sigo conociendo.

Hanna: —Heeseung... —Murmuré temerosa, a nada de decirle que nos echemos a correr.

Heeseung: —¡Ya los vi! —Pero me interrumpió, y tomándome fuertemente de la mano, me hizo correr hacia ellos.

Heeseung: —¡Jake! —Gritó y levantó su mano izquierda para que lo viera.

Fijé mi vista en Minchae y nada más en ella; no es que no extrañe a mi mejor amigo, pero deseo saber cuál es la expresión de ella, y si no es tan mala idea echarme a correr. Al momento de oír la voz de Heeseung, levantó la vista y sus ojos al verlo lucieron distintos, es la clase de mirada que le das a un viejo amigo al que aprecias sinceramente; luego me miró a mí, y aunque me congelé repentinamente tensa, ella esbozó una tenue sonrisita apenas visible y volvió a bajar la mirada, haciéndome sentir confundida y atolondrada.

Jake: —¡Heeseung, Hanna! —Su voz me hizo mirarlo, no luce tan distinto, de hecho, ninguno de los dos ha cambiado.

Heeseung: —Hermano.

El manual de lo prohibido › Lee Heeseung ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora