Linda noche

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Estaba con mi madre, ella me acariciaba la mejilla mientras sonreía con ternura. Pero su sonrisa cambió a una amarga y llena de rencor y rabia. Y sus caricias delicadas pasaron a ser jaladas y rasguños con sus largas y filosas uñas.

- ME MATASTE, SI TU NO EXISTIERAS YO NO ESTARÍA MUERTA - me gritó.

- Basta. -

- TU ME MATASTE. -

- Basta. -

- TU ME MATASTE, ASESINA. -

- ¡BASTA YA! -

- ME ARREPIENTO DEL DÍA EN EL QUE NACISTE, HOJA DEL DIABLO. MALDITA ESCORIA. POR TU CULPA ESTOY MUERTA. -

-BASTA YA - grité muy fuerte.

Y me desperté. Había sido una pesadilla. Estaba sudando e hiperventilando.

- Maldita sea - dije corriendo al baño, para vomitar.

Vomité, y me fuí a ver en el espejo. Parecía muerta.

Me metí la pastilla del dolor de cabeza. El cual era insoportable.

Seguro que son más efectos secundarios.

Pero eso da igual. Hoy iba a practicar mis poderes. Pero tenía que ir a un sitio donde nadie fuera, nunca.

Fuí en coche hasta un bosque que queda a una hora de Hawkins.

Me bajé del coche, y bajé los sacos de boxeo. Las botellas de vidrio, y leña.

Lo dejé todo en el suelo. Me senté en éste y empecé a hacer respiraciones. Y a mentalizarme a mi misma.

Los puedes controlar igual o mejor que antes.

Eres poderosa. No vas a lograr.

Me levanté del suelo. Estaba nerviosa, hace mucho que no usaba mis poderes.

Última respiración, para cumplir mi primer objetivo. Alzar ese sacó de boxeo.

Bien, aquí voy.

Miré el saco con concentración y alzé mi mano.

El sacó se levantó en el aire con mucha facilidad.

De la impresión dejé el saco caer. Mis ojos se abrieron y las lágrimas empezaron a salir.

Yo... Lo había logrado.

- ¡LO LOGRÉ! - grité alto y empecé a saltar de emoción.

Bueno, ahora debo probar la teletransportación.

Recuerdo perfectamente como hacerlo. Primero me teletransportaré yo y luego a los objetos.

Uff, los nervios de nuevo.... Aquí voy.

Di un paso y me teletransporté dentro de mi coche. Exactamente dónde había pensado.

Volví a gritar de emoción. Y volví a teletransportarme a donde estaba antes. Y luego me teletransporté unas 10 veces. Cuánto extrañaba no caminar.

- AY MIERDA, SISISISIIIIII - grité emocionada.

Bueno, hora de probar el fuego. Vi la palma de mi mano, y de ella creció una llama de fuego. La admiré un rato, y se la lancé a la leña, pero está vez con una cantidad más grande de fuego.

Y de nuevo me emocioné. Mucho.

Bueno, hora de probar las mejoras. ¿No?

Empezaré con la teletransportación.
Toqué un objeto, y este apareció en otro lado. Luego solo lo miré y este apareció donde estaba.

!¿Çūltø?! - Eddie Munson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora