- ¿Confías en mí? - preguntó.
Yo sonreí.
- Confío en ti. - dije
El sonrió.
Tomé su mano. Y el me empezó a guiar por la casa torpemente. Por qué no se veía, una mierda.
Si no recuerdo mal mi casa, estamos yendo al tejado.
Cuando llegamos, vi uno de mis panoramas favoritos. Tormentas eléctricas. Rayos y centellas, truenos y lluvia sonora rebotando contra el techo.
Pero el suelo estaba muy resbaloso. Y casi me caigo.
- ¡Eddie! ¡Eddie! ¡Me voy a la mierda ayúdame! - le grité intentando no caerme, mientras me aferraba a su brazo como si fuera de vida o muerte.
El se empezó a reír.
- ¿De que te ríes? - pregunté ofendida. Aún aferrada a su brazo, mientras avanzábamos.
- De ti. - dijo y me dió un pequeño empujón. Pero lo que yo no sabía era que me iba a empujar al lugar donde estaba descubierta a la lluvia. Mojandome en pocos segundos.
- ¡Eddie! - grité y el se rió aún más fuerte.
El salió también y me abrazó.
- Aunque estemos bajo la lluvia, y solo la luz de la luna nos ilumine. Tus lágrimas no desaparecen, y eso me molesta. No me molesta que llores, me molesta que yo te prometí que iba a hacer lo que sea para que no mueras, pero yo... No puedo. No puedo hacer nada, Steve, Nancy, Robin. Ellos si, porque ellos ya han enfrentado a este hijo de perra. Además, aunque lo intente intentar, Ve. Yo soy un fugitivo, y se que en poco me van a encontrar, y voy a pasar toda mi duda viviendo en la cárcel. Sabiendo UE perdí a la chica que creo que es el amor de mi vida y... - siguió hablando pero yo no lo escuché.
¿Acaso dijo ”chica que creo que es el amor de mi vida”? Si eso dijo.
- Y yo solo... Lo siento. - dijo Eddie.
- Hey, no tienes por qué disculparte. No es tu culpa... Eddie. Esta mierda del otro lado me ha estado atormentado desde que llegué a Hawkins. Tal vez, si fuera más fuerte. Lo vencería... Pero créeme, no se como controlar bien mis poderes, el puto doctor me dijo que me iban a llegar más fuertes. Pero no me dijo cómo mierda controlarlos. - dije con pesar. - Y tu no tienes por qué sentirte culpable.
- Créeme, es imposible no sentirme culpable cuando una amiga va a morir mañana. - dijo.
- O hoy. - dije y vi como su mirada se enfureció. - Eddie, por favor, ¿Podemos dejar de hablar de esto? Me gustaría disfrutar de la tormenta.
Me senté en la orilla del techo. Sentía como las gotas golpeaban mi cara.
Sentí como Eddie se sentó a mi lado. Sentí como tomo mi mano, y la levantó. Y un anillo se deslizaba lentamente en mi dedo.
Dirigí mi mirada hacia el anillo.

Mis ojos se abrieron levemente.
- Es... Hermoso. - dije contemplándolo.
Eddie no había soltado mi mano. Y no lo iba a hacer.
- ¿Te gusta? Es uno de mis anillos más viejos. Pero está muy bien cuidado. Se lo compré a una anciana. Me dijo que era de su hijo, el cual se suicidó. Me dijo que lo llevaba a todas partes. Pero ella no quería conservarlo porque cada vez que miraba a los ojos de la calavera, veía a su pequeño. Y eso le dolía. ¿Pero sabes que es lo que veo yo en los ojos de esa calavera? Tus ojos Ve, no se parecen, lo sé. Y son de piedra, lo sé. Pero hay algo en ellos que me transmite una calidez tan única, que solo veo en ti... - no lo dejé terminar.
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!¿Çūltø?! - Eddie Munson.
Fiksi Ilmiah- Tu no sabes nada. - dije duramente. - Si, tienes razón. - me dijo - - ¿¡Por qué siempre estás de acuerdo con lo que digo!? - grité irritada. - Solo quiero devolverte, lo que una vez hizo que salvaras el mundo. - dijo sacando un maletín. - ¿Que...