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Trate de seguir. Empecé a enfocarme en los estudios. Estudiaba mucho.

Poco a poco logré ser la envidia de mis compañeros de clase.
Mis exámenes tenían las calificaciones más altas del salón y de mi vida.

Era poco sociable pero era muy estudiosa y eso era suficiente.

Empecé a enfocarme cada vez en tres cosas. Mi vida, mi estudio y mi familia.

Eso era lo más importante para mí. Lo que decían de mi poco a poco lo iba ignorando. No me importaba nada más. Solo yo.

Esa era la actitud que había tomado.
Alejaba aquel que quería acercarse a mi.

Tenía suficiente dolor ya en mi alma como para que entrara más dolor en mi vida.

Pasaron las semanas. Y llegó la fiesta más esperada.
Mis amigos estarían ahí. Me arregle lo más bonita que pude.

No necesitaba arreglarme para alguien. Solo quería sentirme bien.

No significaba que mi autoestima se había elevado, al contrario estába más baja que nada.

Llegué a la fiesta. Encontré a mis amigos pero, ¿Quien era el?

Un chico logro captar mi atención.

No—dije mentalmente—no caigas en más juegos suficiente daño te han hecho.

Y con paso decidido camine hacia ellos.

—Hola—dije tímidamente

—Hola—respondio Dayana

—hola—respondio el chico que se encontraba con mis amigos.
El era guapo, demasiado para mí gusto, cabello oscuro, y sus ojos eran cafés pero proyectaban oscuridad, peligro, soledad.
Había algo que llamaba mi atención pero no sabía que era.

—Carol venimos en un rato, te la encargamos Enrique.

—ok—por dios su voz era tan linda—veo que has disfrutado de escanearme—dijo sin más

—yo no te escaneaba solo miraba la decoración

—no te preocupes se que estoy bueno—dijo guiñando un ojo—¿O no piensas eso?

—numero uno:no voy a negar que tienes lo tuyo—o por dios tragame tierra no pude haber dicho eso—y dos: si esto es un intento de coqueteo pierdes tu tiempo

—¿Por qué?

—simplemente porque yo no caigo con nadie, protejo mi corazón de cualquier persona que se acerca a mi. Demasiado e tenido en mi vida como para seguir llorando.

—¿Piensas que soy un mujeriego?

—tu manera de hablar lo dice

—no me conoces

—ni tu a mi, así que si me disculpas me tengo que ir por aya.

—¿A dónde?

—con mis amigos

—¿si sabes que te dejaron conmigo?

—tengo más amigos

—si te cuento parte de tu historia ¿Me dejas invitarte algo?

—ok

—has sufrido demasiado, sobre todo en la escuela, has pasado por bullying, y también jugaron con tus sentimientos por eso te proteges tanto

—¿Cómo lo sabes?

—tu inseguridad dice mucho de ti, además de la manera en que alejas a todos de ti, además fue mala idea ese atuendo

—¿Por qué?

—tu vestido es manga corta y a esta corta distancia puedo ver tus cicatrices

—me tengo que ir

—¿Romperás tu promesa nena?

—no me digas nena

—¿entonces que quieres?

—solo agua

—¿Estás de broma verdad?

—no

—te llevaré a los juegos—dijo—¿sabes? mi hermana me habló mucho de tí

—¿Tu hermana es Dayana?

—si—dijo—Tu y yo tenemos más cosas en común de lo que crees

—no te creo

—dejame acercarme y lo verás

—no será sencillo

—por lo pronto vamos a pasear por ahí

Esa noche será inolvidable para los dos, sin duda alguna.

Un loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora