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—solo he dicho que está mal Carol —dijo—¿No sabes la preocupación que todos nos llevamos por ti?

—seria mejor sino estuviera

—Carol—dijo con una profunda irá en sus ojos—¿Por lo visto estas ciega?

—te puedo ver

—pareciera que no—dijo con desesperación— tus padres te adoran, mi hermana Dayana te quiere mucho eres como una hermana para ella y yo...

—¿Tu que?

—olvidalo no es necesario que diga esto, si de todos modos tu no te quieres a ti misma

—¿Cómo diablos sabes eso?

—tu inseguridad lo dice todo

Baje la mirada.

—tienes razón, mi problema es mi inseguridad—dije con lágrimas en mis ojos—¿Pero sabes por qué?

Negó con la cabeza y se cruzó de brazos.

—Porque hace poco más de un año mis padres fallecieron a causa de un accidente automovilístico—dije con lágrimas en mis mejillas—mis tíos han Sido buenos conmigo pero son mis tíos y no mis padres, no tienes una idea de cuánto los extraño.
Y mi escuela es una mierda para mí. Todo mundo me quiere fuera por ser una nerd.

Jugaron con mis sentimientos y en esa escuela no tengo a nadie. Mis única amiga es Dayana.

Dejo caer sus brazos aún lado y se acerco poco a poco.

—lo siento...yo

—no tienes nada que decir, no necesito tu lastima.

Me levanté de mi cama y trate de ir al baño a quitarme las lágrimas de mi rostro. Pero un brazo me detuvo. Y me abrazo por detrás. Era un abrazo de los que no recibía en mucho tiempo.

Era un abrazo dónde sientes el cariño de la otra persona.

Me di la vuelta, lo mire a los ojos.
Sus ojos no proyectaba lastima, su mirada proyectaba comprensión.

Por primera vez en mucho tiempo, me sentí comprendida por alguien. Y ese alguien era Enrique. Él no tenía ninguna relación conmigo, el no debería entrar a mi vida. ¿O si?

Por años e levantado muros para evitar salir lastimada. Me e vuelto fría, insoportable, y todo para que nadie se acerque y me lastime.

—no estás sola, ya estoy aquí—dijo con una suave voz mientras acariciaba mi mejilla—pide ayuda, estaré contigo en todo momento, no te abandonaré.

—yo...

—no digas nada ahora solo déjame estar para ti.

Y aquí, es donde el autocontrol se pierde. ¿Por qué?.

Pues nada más y nada menos, porque acorte la distancia. Tire los muros construidos a mi alrededor. Deje caer esa fachada fría.
Y sin más, lo besé.

No podía creerlo, este era mi primer beso. Y tarde me di cuenta.

No me dieron mi primer beso, yo lo robé. Esto era algo que jamás había leído es... simplemente no.

Me aleje y lo ví. Lágrimas corrieron en mis mejillas.

—no esto no...
Trate de salir de mi habitación pero el cerró la puerta. Detrás de el.

Me dejo encerrada en mi propio cuarto.

—¿Que pasa?

—esto no debió de pasar

—pero pasó, o ¿No te gustó?

—yo...

—dejame adivinar—dijo—¿Era tu primer beso?

Mi mirada lo dijo todo y el se dió cuenta.

—lo siento

—¿Podemos fingir que esto nunca pasó?—dije algo apenada

—claro, pero recuerda que yo siempre te miraré de esa manera

Y con eso salió de mi habitación. Dejándome ahí, dejándome muda.

Un loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora