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Esa noche dormi con Enrique.

La luz del sol hizo que me despertara. Mire hacia un lado y lo ví.
Se veía tan lindo con sus ojos cerrados, sus pestañas largas.
Todos esos rasgos de su rostro que me encantaban.
Hasta que inicio a abrir los ojos poco a poco.

Mia ojos se encontraron con los suyos. Esos ojos cafés que me fascinaban. Que eran tan profundos como la noche, que proyectaban peligro me miraron con ternura.

—Buenos días amor—me dijo con una sonrisa pícara.

—Buenos días cariño—respondí y el me dió un beso en mi cabello.

—o no—solo dije.

Me levanté rápido y me había olvidado que solo traía ropa interior. Me sonroje por completo.

—voltea a ver a otra parte por favor—ordene

—eso no decías anoche

—anoche no pensé.

Me vesti lo más rápido que pude.

—¿A dónde vas?

—Dayana...—solo alcance a decir porque ella apareció en el cuarto.

Realmente anoche no estaba pensando.

—¿Dayana que? ¿Va a despertar y no te va a encontrar? Estoy enojada con ambos

—Dayana no pasó nada, no ves que ella está vestida

—es verdad—dijo asombrada

—no paso nada. Solo me desperté más temprano que tú y vine a saludar a Enrique y el ya estaba despierto.

—¿Es verdad?—pregunto a su hermano

—si quería darle yo la sorpresa a Carol pero el que se la llevó fui yo.

—ok, vamos a desayunar y no aceptare un no por respuesta.

Bajamos y preparamos algo sencillo, unos sandwiches. Era lo que más me gustaba.

Comimos entre risas y platicas. Estos días me encantan son duda.

—¿Ya sabes que vas a estudiar?

—eso estoy viendo pienso que algo de arte pero aún no lo sé.

Termine de comer trate de levantarme pero no me dejaron.

—es por seguridad ya sabes

—no iba a ir a mi habitación quería ir a la biblioteca

—¿Dónde está la biblioteca?

—detrás de esa puerta

—¿Tienes biblioteca?—preguntaron ambos asombrados.

—fue un capricho mío hace algunos años—dije un poco avergonzada—vengan

Corri hacia la puerta. Era una habitación con varios estantes llenos de libros, había sillones y mesas con sillas de madera.

Era mi lugar favorito, mi lugar seguro.

—wow—solo escuche eso de parte de Enrique.

—pueden tomar cualquier libro—les dije

Yo tomé una libreta y empecé a dibujar.

Esta habitación era mi lugar seguro. En dónde podía ser yo misma sin importar que pasará.
En esta habitación podía ser yo, sin necesidad de escuchar prejuicios de la gente.
Tome mis lentes y seguí dibujando.

Un loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora