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Pasaron los días.
Las burlas o las críticas no parában y yo cada vez me sentía más mal. No solo emocionalmente sino físicamente.

Mi cuerpo cada vez me reclamaba más y más.

Me había alejado de Dayana y de Enrique.

De ves en cuando me dejaban un mensaje pero rara vez contestaba.

Un día simplemente me desmaye. Mis padres me encontraron en la sala de la casa. Y me llevaron al hospital.

Ahí mis padres se enteraron de mi transtorno alimenticio.

Me internaron unos meses, y yo me decidí  que quería mejorar. Solamente por mi, por mi futuro no por nadie más.

Salí de la clínica. Salí renovada era simplemente una nueva yo.

Una nueva Carol.

Me hicieron una gran fiesta de bienvenida.

Lucí un lindo vestido azul cielo, unos tacones negros con un poco de brillo.

No podía estar más feliz en mi vida, por primera vez no me quejaba del sol. No me quejaba de mi familia.

Era simplemente yo y eso me hacía feliz.

Y aparecieron ahí Dayana y Enrique.

Fue entonces que recorde aquel beso, mi primer beso con el chico que yo quería.

Pero prefiero dejar mi vida amorosa a un lado por ahora

—hola Dayana, hola Enrique—salude a ambos.

—hola Carol—dijo Dayana—la fiesta está increíble

—gracias

Nos quedamos en silencio pero este fue interrumpido por Enrique.

—te ves muy linda—dijo el sonrojandosé

—lo se, pero gracias por el cumplido

—veo que eres otra

—otra versión, pero misma Carol, digamos versión mejorada—dije—una que se preocupara por no darles más sustos como aquellos

—si porque nos diste dos

—¿Dos?—pregunte

—dijo dos, claro que no solo fue uno pero se espanto por los dos eso quiso decir

—díganme la verdad

—la última vez que te desmayaste, nosotros te encontramos

No me espere eso, de todos modos no iba a arruinar está fiesta

—les agradezco entonces que se preocupen por mi.

Realmente volvi a ser yo, volví a ser feliz.

Enrique

—la has esperado por meses¿Te has enamorado?

—no lo se

—esa es tu respuesta ¿No lo sé?, Eres un idiota si no te das cuenta, has hablado dormido y dices su nombre, te la pasas pensando en ella y cuando lo haces tu mirada cambia. Si no vas tú mismo a decirle yo lo haré.

—ok Dayana

Y así es como mi hermana querida me manda a decirle esto a Carol.
Mi hermana está loca.

Veamos que tal me va, espero que bien.

Un loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora