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Y definitivamente no imagine lo que haría.

Enrique salió un rato a comprar unas cosas que necesitaba.

No entendía que pasaba pero bueno.

Me quedé obsevando la casa, se sentía vacía a pesar de no estarlo.

Enrique sin duda me ayudo a superar mis problemas, pero no todos han terminado esos los tendré q resolver yo.

Enrique regreso y traía varias cosas.

—ponte esto

—¿Disculpa?

—pontelo y no discutas, se te verá bien.

—desde cuando me quieres decir que hacer

—hasme caso—dijo—es un regalo de mi parte, por haberme comportado como lo hice.

Estoy en shock

—aun así

Me besó

—por favor—me dijo con mirada tierna fue imposible decir que no.

Subí a mi habitación. Cerré la puerta con seguro. Me quite la ropa y quedé en ropa interior.

Abrí una de las bolsas. En su interior había un vestido hermoso  en color negro y destellos en azul. Eran mis colores favoritos.
Debajo del vestido había ropa interior en color negro. Era de mi talla, pero ¿Como sabía cuál era mi talla?

Me puse la ropa interior, luego el vestido.

Cuando me lo ví puesto, no quería salir. Tenía escote en la parte de arriba que dejaba demasiado al descubierto para mí gusto, era corto pero no ajustado.  La espalda era descubierta. Se detenía con un listón que iba sujetado en el cuello.
Definitivamente no saldré así, no pienso hacerlo
Le mandé mensaje a Enrique.

  —No saldré así

  —Ni modos, quiero ver cómo te queda

  —Eres imposible

   —¿Estás lista?

    —No

    —Termina entonces

Le daré la lección de su vida.

Abrí la otra bolsa, había tacones en color azul oscuro, eran preciosos.

Me los puse, eran de mi talla. En la otra bolsa había accesorios para cabello, un collar y un anillo.

Todo era hermoso. No lo podía creer.

Cuando termine, baje a la sala.
Había velas, vino, comida, mi postre favorito. Y el estaba ahí, vestido con un traje en color negro. Su cabello bien peinado.

Rompió el silencio

—me aleje de ti una semana para planear esto, y que estuvieras con tu familia.

—eres el mejor, te...

—no es necesario que lo digas ahora sino quieres.

Me lance a sus brazos y lo abracé y empecé a llorar.

—te amo, eres el mejor

—yo igual te amo cariño

Se acerco y me dió un suave beso en los labios.
Se alejo un poco y me seco las lágrimas.
Me vio directo a los ojos y de pronto bajo la vista. Y en cuanto ví su cara, me acordé de lo que llevaba puesto.

—¿Puedes dejarme de ver los pechos?

—perdona es que te queda increíble.

—¿Cómo sabes mi talla de todo?

—es que...revise tu closet

—eres un pervertido

—un pervertido enamorado de ti.

—¿Cómo puedes decir eso y que suene romántico?

—no lo se, es mi talento supongo

Nos dirigimos a cenar, tomamos vino, y comimos el postre. Mientras escuchabamos música.
Platicamos y reíamos. Esa era sin duda una noche increíble.

—¿Quieres ver una película?

—si estaría bien

—pero yo la escojo

—¿Por qué?

—yo tuve la idea

Espero que esto no se salga de control.

Un loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora