Baje al comedor a comer cualquier cosa que hubiera ahí.
Pensé que ellos no estarían ahí. Pero no era así.Entre al comedor y ahí estaban ellos. Dayana y Enrique preparando algo para comer.
-espero que no te moleste pero me tomé la molestia de preparar algo de comer-dijo-debes de comer bien, no voy a permitir otro susto como el que nos hiciste pasar.
Por primera vez sentí estaba está sensación. De que alguien que no era de mi familia se preocupaba por mí.
Verdaderamente eran mis amigos, podía confiar en ellos pero aún no podía decirles nada.
-me tengo que ir, debo hacer un trabajo para la uni— hablo Dayana—procura comer bien, también tú y pórtense bien
-si mamá-dijo Enrique
A lo cual contesto Dayana con un golpe en su cabeza
-yo también te quiero hermanita
-lo se-dijo-bye
Me quedé viendo mi plato en silencio. Era demasiada comida, no podría comerla toda.
-me iré a recostar estoy cansada
Me levanté y me detuvo del brazo
-no tan rápido, no has comido nada
En sus ojos se veía la preocupacion. Apenas lo conocia y causaba esto en mi. Esto es demasiado raro.
-sientate
Hice caso y me senté. El tomo el tenedor, enredó un poco de pasta para darme la a comer
-no es enserio que ha...-no me dió tiempo de terminar la oración porque me metió el tenedor en la boca. Trague el bocado
-sabes que no pue...-volvio a hacerlo, enserio debo de quedarme muda.
Trague el segundo bocado, pero mi estómago sabía que era mucho. No podría otro bocado más.
-Carol, solo un poco más.
Negué con la cabeza. Dejó el tenedor en el plato.
-¿Por qué te haces daño?
-porque si
-eso no es una respuesta
-lo es, una corta respuesta-dije- si como más mi estómago no lo resistira
-¿A qué te refieres?
-sabes bien a qué me refiero
-o ya-dijo-debes pedir ayuda
Me levanté de inmediato y trate de ir a mi habitación pero de nuevo me detuvo.-sueltame ahora-dije enojada
-no
-me diste tu también esa mirada
-¿Cuál?
-¿Cómo qué cuál? Esa mirada de lastima, realmente confíe en ti.
-no me di cuenta pe...
-ahorratelo
Me dirigí a mi habitación. Cerre la puerta y lágrimas abandonaron mis ojos.
Todas las personas que conozco me dan esa mirada, de lastima. No necesitaba nada de ellos y eso era la verdad.
Quería a Enrique pero no sé merece esto. El no merece a alguien que desprecia su propia vida. Que le incómoda ver el sol. Alguien que se hunde en los libros para olvidar su alrededor.
Él merece algo mejor, algo que yo no le puedo dar.
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Un loco amor
RomanceA lo largo de los años había perdido mi alegría, mi sonrisa y hasta mi forma de ser solo por encajar con mis supuestos amigos. Amigos que me hicieron la vida imposible, me utilizaron y acabaron con mi poca autoestima y felicidad. Cambie mi peinado...