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Veía a mi alrededor. Había gente murmurando cosas mías en mi propia casa.

Ahora no sabían cuánta risa me daba.
Si la anterior Carol los escuchara ya hubiera ido a encerrarse pero ya no.

Había personas con esa mirada de lastima que tanto odiaba antes, pero ahora me da igual.

Yo no necesitaba ninguna opinión de parte de ellos, ya no.

Enrique se acercaba cada vez más a mi, con paso firme y decidido.¿Que traerá entre manos?

Dejaré que la vida me sorprenda.

—Hola

—Hola

Hubo un breve silencio, nuestras miradas se sincronizaron. Sus ojos color café, se podrían confundir con negro fácilmente. Proyectaban tantas cosas.

—Carol—dijo rompiendo el silencio entre nosotros—Yo e esperado tanto por este momento, desde el día que te conocí me enamore, no soy romántico y creo que será la única vez que me oigas decir algo así. Yo te quiero, y quiero que me brindes una oportunidad, quiero estar en tu vida. Carol, ¿Quieres ser mi novia?

¿Oi bien? Mi corazón está demasiado acelerado, mi mente viaja a mil por hora, y mí mente habla por mi.

—si, quiero ser tu novia.

—te dije que te iba a ir bien hermanito—dijo Dayana

—gracias hermana

Sentí una mirada, era demasiado pesada para mí gusto. Voltie y vi a la persona que me miraba.

No era posible. ¿Que hacía el aquí?

Mis padres lo recibieron con abrazos y besos. No lo podía creer.

—regreso en un rato

Fui hacia donde ellos estaban y lo hablé.

—Sigueme—ordene.

Era una fiesta y no iba a ser un escándalo.

Vi las expresiones de Dayana y Enrique, jamás me habían visto así.

Mis padres no podían dejarnos solos, los comprendia tenían miedo de lo que fuera a hacer.

—¿Que carajos estás haciendo aquí?—le grite dejandolo anonadado.

—¿Así recibes a tu único hermano?

—te lo había dejado en claro, tu no eres mi hermano.

—Claro que si lo soy, llevamos la misma sangre y los mismos apellidos

—tu nunca has estado para mí y eso bien lo sabes —dije—¿Cuántas veces me descuidaste y por esa razón termine llena de moretones cuando era niña?

—fue tu culpa

—¿Cuántas veces quería jugar y te negaste?, ¿Cuántas veces me dejaste sola en casa mientras te ibas con tus amigos, a pesar de que mis padres te dejaban cuidándome?

—Carol...

—¡¡¡Cállate!!!—grite—¿Cuántas veces venía llorando de la escuela?

—yo no...

—claro que sabías que algo andaba mal—dije—te pedí que me escucharas y nunca lo hiciste. Te diste cuenta que me cortaba. Te diste cuenta de mi actitud. ¡Te diste cuenta de todo!

—¿Es eso cierto?—pregunto mi madre

—diles que por tu culpa yo terminé enferma y con cicatrices, diles que nunca estuviste para mi—dije—¿Sabes que es lo más triste? Que yo a ti te admiraba, eras mi ejemplo a seguir. Ahora eres un desconocido.

Y con eso me diriji a mi habitación.

Un loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora