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El día se pasó muy rápido. Y pronto cayó la noche.

Adrien no me dejo dormir sola. El me aseguro que estaba  preocupado, pero la verdad era que ninguno quería estar muy lejos del otro.

Acepte que durmiera conmigo en mi habitación.

Mi habitación estaba intacta. Paredes blancas, ventanas grandes, cortinas blancas, mis cuadros, mis repisas con libros y mi closet.

Mi tía dejo todo como estaba. Pero todo me traía recuerdos.
Así que después de que terminara mi encuentro con la licenciada Carla empezare a limpiar todo.

Me acosté en la cama y después Adrien.
Me abrazo por la cintura y me miró fijamente.

—eres tan hermosa

Me sonroje de inmediato porque jamás me  espere ese comentario

—y tu tan lindo

Sus mejillas se tiñeron de color rojo.

Me gustaba está sensación que había querido ocultar, pero ya no más.

—prometeme que me vas a creer

—claro, dímelo por favor

—prefiero que sea mañana, no quiero dormir en el sofá.

Sonreí por el comentario.

—pase lo que pase te creeré

Después me dió un beso suave en los labios.

Luego de eso, nos quedamos dormidos.
Sin necesidad de seguir hablando, simplemente porque ambos ya sabíamos que entre los dos ya existia algo más intenso. Algo que no podíamos parar. Porque simplemente el destino ya había escrito que el y yo estariamo juntos.

Y por primera vez, estaba creyendo en dos cosas. El amor y el destino, dos cosas que van de la mano pero que es muy difícil creerlas.

El sol asomo por la ventana, iluminando toda la habitación.

Mis ojos empezaron a abrirse lentamente y me encontré con la mirada de Adrien.

—al parecer alguien se despertó temprano

—buenos días, yo también te quiero

Sonreí ante su comentario

—preparare el desayuno—comento

—¿Serás mi chef personal hoy?

—y cuando quieras—guiño su ojo y salió de la habitación

Me levanté y tome un baño. Me vesti y fui directo a la cocina.

Adrien se veía tan bien con el mandil negro que se puso.

Sirvió el desayuno y nos sentamos a desayunar.
El desayuno transcurrió en silencio.  Y Adrien parecía analizar las cosas.

Terminamos de desayunar y me dispuse a ponerme de pie, pero el me tomo de la mano

—por favor, sientate—dijo con voz apagada—tenemos que hablar

Me senté de nuevo

—te escucho

Empezo a hablar de cómo conoció a Mateo, del porque estaba en coma Enrique y algo que aún me desconcertaba

—¿Entonces Mateo no planeo envenenarme?

—no, sino ella

—¿No se suponía que era mi amiga?

—ella cambio y yo tengo la culpa

—entiendo

—¿Me perdonarás?

Me empecé a reír y el se quedó asustado viendome por mi actitud

—yo solo tengo la cara de tonta e ingenua

—¿Cómo?

—ya sabía todo esto, antes que tú

—¿Pero como...

—es posible... micrófonos escondidos—dije—nunca confíe en él

—eres maravillosa

Holis!!!! Espero que la estén pasando super.
El día de hoy les traigo otro capítulo. Estaré tratando de actualización seguido ya que pronto vendrá el final.
Nos vemos y cuídense.
Bye.




Un loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora