Carol
Sabía que cuando algo estaba bien no era nada bueno, al menos no para mí. Siempre fue así.
La vida me enseñó de la manera más cruel que no hay que acostumbrarse a algo porque en el momento menos esperado es arrebatado.
Y esos aprendizajes habían creado mi actitud arrogante y fría.
Todo el poder y el dinero ¿Para que servirá si no puedes hacer lo que te plazca?Mi hermano es mi sombra y yo no puedo hacer ningún movimiento, al menos no sin su consentimiento.
¿Debía de prohibirme sentir esto? ¿O acaso quería vengarme de Enrique? A decir verdad ni yo lo sabia.
—un loco amor—dije para nadie recordando aquellas palabras que el me había dicho.
Alguien tocó la puerta
—señorita Milano alguien mando esto para usted
—gracias, puedes retirarte.
De inmediato se retiró y me di cuenta de lo que era.
Un hermoso arreglo de girasoles estaba frente a mi.
Había un sobre en el. Lo abrí y lo leí en voz alta para mí.—No creas que cumplirás tu venganza, yo me asegurare de que no sea así—hice una pausa para analizar las cosas— tu no puedes estar con nadie más, eres mía.
No tenía remitente pero sabía perfectamente quien había Sido. Esto era claramente una amenaza y debía estar preparada.
Contrate un equipo de seguridad a escondidas de mi hermano. No quería alarmarlo.
No sabía cuánto había cambiado Enrique. No sabía que era capaz de hacer. Y solo había una manera de saber más de él.
Esa cita tiene que ser lo más pronto posible. Debo de acercarme para descubrir que planea.El día de la cita llegó. Me arregle lo mejor que pude.
Lucí un hermoso vestido color azul que resaltaba mi cuerpo a la perfección, junto con unos botines en color negro.Mi cabello suelto y un maquillaje discreto para la noche.
Llegó un mensaje de Mateo
—asegurate que todo salga bien
—a la orden hermanito
—veo que estás de buen humor
—no mucho gracias a tus órdenes
Guarde mi celular ya que alguien tocó el timbre.
Era Adrien quien lucía un traje en color azul marino. Creo que esa noche se veía aún mejor.
Salí de la casa y cerré la puerta detrás de mi.
Nos dirigimos al coche y me abrió la puerta. Luego dió la vuelta y entro al coche.—creo que no le e dicho lo hermosa que se ve.
—usted no se queda atrás
Sonrió. Se acomodo en su asiento, encendió el coche y nos dirigimos al restaurante.
Mi sorpresa fue que reservo el restaurante donde nos conocimos.
Comimos en silencio y platicamos un poco.
—¿Tienes hermanos?
—yo solo tengo uno se llama Mateo ¿Y tú?
—yo tengo dos—dijo— una se llama Dayana y el otro Enrique pero desde hace tres años está en coma
Eso me dejó sorprendida.
¿Sino era de él ese mensaje, de quién era?—lo siento mucho
—no te preocupes
Durante un rato estuvimos en completo silencio
—veo que te quedó muy bien el colgante
— muchas gracias—respondi—ne gusto mucho
—no tienes de que agradecer solo lo ví y creí que te quedaría bien
Él podría ser el indicado, pero no puedo enamorarme de mi objetivo principal y ahora menos que nunca.
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Un loco amor
Roman d'amourA lo largo de los años había perdido mi alegría, mi sonrisa y hasta mi forma de ser solo por encajar con mis supuestos amigos. Amigos que me hicieron la vida imposible, me utilizaron y acabaron con mi poca autoestima y felicidad. Cambie mi peinado...