3

49 14 22
                                    

Esa noche fue simplemente increíble.

Enrique me hizo reír tanto que me dolía mi estómago.

—me gusta tu sonrisa

—gracias- dije tímidamente

—no tienes porque tener tanta pena, y te prometo no hacerte daño

Sus ojos proyectaban sinceridad, por primera vez en toda la noche se habían iluminado.

Mis ojos rápidamente se llenaron de lágrimas. Y sin más lo abrace.

—perdon por abrasarte pero enserio no quiero que me veas llorando

—hey—dijo— tranquila es bueno llorar. Llorar es la respuesta al sentimiento.

—¿Lees libros?

—no, la verdad lo leí en una imagen

—era demasiado hermoso para ser verdad

—pues yo soy real nena

Me sonroje inmediatamente

—¿Soy yo o alguien se sonrojo?

—claro que no Enrique

—hasta que los encontramos—dijo Dayana

No puede estar pasando esto.

Enrique y yo estábamos muy cerca, demasiado cerca. Tenía su mano alrededor de mi cintura y yo sostenía un peluche.

—hola—me aleje rápidamente

—¿Alguien aquí me puede explicar que está pasando por aquí? —pregunto seriamente mientras fulminaba con la mirada a Enrique —Enrique dime ¿qué está pasando?

— solo la saqué a pasear, gane ese peluche para ella

—¿Por eso estaban tan cerca?

—dayana no pienses mal— interrumpi la pequeña pelea que tenían los hermanos

—conosco a mi hermano, no pienso mal de ti pero de el no puedo decir lo mismo

—o vamos solo por lo aquella vez no puedes pensar así de mi

—ya bas...—no pude terminar la frase.

Caí al suelo.

Que dolor tan insoportable.

¿Por qué me siento así? Abrí poco a poco los ojos para reincorporarme.
¿Dónde estoy? Porque ¿Está es mi cama? Pero yo estaba en la fiesta. ¿Que hacía aquí?

Voltie hacia el sillón que tengo en mi cuarto. Enrique se veía tan lindo dormido.
Un momento ¿Enrique, que hace aquí?

El sintió mi mirada y nuestros ojos se cruzaron.

—¿Que estás haciendo aquí?

—tranquila—dijo—yo dormi aquí toda la noche cuidándote después del susto de anoche.

Nos asustaste y hablamos a tus padres.

—¿Mis padres, dónde están?

—estan abajo ¿Quieres hablar con ellos?

Asentí. Inmediatamente se dirigió a la puerta. Pero antes se voltio hacia mi.

—te ves hermosa mientras duermes, buen día nena

Y así es como dejas anonadada a una chica de mi edad.

Poco después llegaron mis padres a  mi habitación. Y poco después se fueron a la empresa como siempre.

Ellos no querían dejarme sola así que le pidieron a Enrique y Dayana que se quedarán conmigo.

Y cuando Enrique se quedó a solas conmigo hablo.

—¿Desde cuándo?

—¿Que cosa?

—¿desde cuando te has cortado?

—creo que tendre que ser honesta

—tienes suerte porque te cubrí bien, lo menos que merezco ahora es que me mientas Carol

—tienes razon—dije— yo comencé a cortarme hace un año. El sufrimiento ya me estaba matando poco a poco

—¿Sabes que no está bien?

—lo se pero, ¿Que querías? Que me matara de una vez y acabara con el sufrimiento de una buena vez.

Un loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora