🔮 Capítulo VII 🔮

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-¡Alisson Buraks! No me hagas decirte lo que te tengo guardado. Así que, ¡coopera que estoy cansado! -está sobresalta, asustada-

-O-okey... -se suelta del tubo, guardando las manos en su espalda-

-Vamos. -caminó pasando por su lado, y empieza a seguirme hasta el auto de mi hermana Gaby-

[...]

NARRADOR.

Durante todo el camino, Alan y Alisson no dijeron ni una sola palabra. Se podría decir que el ambiente estaba un tanto incómodo.

Bueno, hasta yo si estuviera en el lugar del joven licántropo estaría molesto. ¿Saben lo que es que cuando tienes tantas emociones juntas lo único que quieres es descansar pero no puedes por estar ayudando a un amigo?

Alan, es un chico amable y respetuoso. Sus padres le enseñaron a tener modales. Además, como dicen, cada buena persona también tiene su cara oculta.

Y él no sería una excepción.

Pero cuando le tocan las pelotas, se comporta de manera insoportable y él lo tiene en muy claro. Y es algo que su familia y sus mejores amigas lo saben.

Hoy es uno de esos casos. Solo quiere dormir hasta estar satisfecho pero ahora mismo Alisson no es de muy buena ayuda.

Y ella está muy consiente de la situación.

Soltando un largo suspiro habla. -Lo siento. -dijo la bruja muy apenada, este la mira de reojo- Realmente lo siento, no fue mi intención que perdieras los estribos.

-Pero lo hiciste, Alisson. -susurro el chico con la mandíbula apretada- Siendo sincero, no tenía ganas de salir a ningún lado. -la chica lo miro de manera extraña, alzando una ceja-

-¿Entonces por qué saliste? -pregunta con cierta curiosidad-

-Ya había quedado contigo. Sabes que soy un hombre de palabras.

-Lo sé pero... ¿Darwin y Lisieux no te enseñaron la palabra "no"? -pregunta confundida-

-Dos cosas; la primera, no metas a mis padres en esto. -se muerde la lengua, idiota se reclama a si mismo pero ya era demasiado tarde- Y dos, ellos si me lo enseñaron pero vuelvo y reitero, soy un hombre de palabras. No podía dejarte plantada cuando yo estuve de acuerdo en ir al bar contigo. ¿Entendido? Además, parece que ya no estás borracha.

Agacha la cabeza la bruja. -Sí... -susurra mientras asiente de manera suave respondiendo tanto a la pregunta cómo a la afirmación del chico-

Y así estuvo todo lo que quedaba de vieja.

Alan llevó a Alisson hasta su casa tal y como le había dicho. Está ni siquiera se despidió, y ese simple echo hirió al joven licántropo.

Después de verla desaparecer por la puerta principal, apretando el volante, los ojos cristalinos y la mandíbula tan apretada que parecía que cualquier momento los dientes se romperían.

Pisó el acelerador hasta llegar a su destino, es decir su hogar.

A paso rápido salió del auto de su hermana pero antes se aseguró de que tuviera la alarma puesta. Entró a su casa y lo primero que vió fue a su familia. Sus hermanos y sus padres.

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