🔮 Capítulo XIX 🔮

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NARRADOR.

Mikaela corría con todas sus fuerzas por llegar al autobús que lo llevaría directo a Rotrak Wooldy Fantasy, mientras, su amiga y el chico extraño también corrían.

Al llegar a dicho lugar donde se encontraba, el ómnibus, suspira tratando de recuperar el aire perdido hace unos momentos atrás.

–¿Llega hasta la universidad Rotrak Wooldy Fantasy? –pregunta Mikaela mientras sube al vehículo–

–Así es, joven. –responde un hombre lobo con una apariencia de ser un señor mayor–

–Aleluya. –suspira profundamente, entonces le entrega un ticket que compró que es especialmente para ir y regresar de la universidad– Aquí tiene.

Mikaela le entrega el papel a el señor conductor y este la registra, luego, se lo devuelve con una gran sonrisa mostrando sus blancos colmillos característicos de los hombres lobos.

–Tome, joven. –le entrega el ticket– Disfrute del viaje.

–Gracias, señor. –le devuelve la sonrisa–

–De nada. Él siguiente.

Mikaela con una sonrisa, entra y se sienta en uno de los asientos de dicho automóvil.

Alisson se monta y repite la acción que hizo su mejor amiga, mientras que el chico “Matt” se queda mirando de manera curiosa lo que la bruja hacía.

Haciendo que, las sospechas de la humana, aumentasen de manera descomunal.

Específicamente se le hacía raro que una persona nacida en este mundo lleno de seres mitológicos y además de ello, que todos se conocen, no sepa que hay autos, metros e incluso ómnibus que hagan eso.

Demasiado sospechoso... pensó Mikaela, molesta y por razón alguna que ella desconoce.

Ese chico no le inspira confianza ninguna.

[...]

Alisson desde el momento que sentó junto a Matt, había notado que a Mikaela le pasaba algo y ella creía saber la razón de su molestia.

Lo siento, Mika. Pero debo hacerlo, por mi culpa estás en problemas.

–Dime algo, Alisson. –pregunta Matt susurrando a la bruja–

Haciendo que la chica se eriza de los nervios al oír a el chico hablando en su oído.

–¿S-sí?

–Porque no me dejas deshacerme de esa chica, que a decir verdad, parece ser humana. –dijo sonriendo de manera macabra–

–¡No! –le grita susurrando–

–Tsk. –chasquea la lengua contra su paladar– Vamos. Será divertido. –sonríe de manera macabra–

–Ya te dije que no. Y se parece humana porque lo es, imbécil. –dijo entre dientes la chica provocando que Matt se sorprendiera–

–¿En serio? Wow. Es increíble que aún exitan humanos es estos tiempos.

–Si ya cállate. –dijo la bruja dándose cuenta que había dicho información de más, suspirando pesadamente le dice al chico– Te callas y no le digas a nadie.

–Mi boca es una tumba, pequeña bruja. –sonríe mostrando sus dientes algo puntiagudos–

[...]

Matt, Alisson y Mikaela son dejados frente a un gran edificio de roca linza aunque se ve un poco desgastada debido a las grietas que tienen estás, pero no deja se tener ese aura de fortaleza.

–Esto es increíble. –dice Alisson quien se encuentra a varios metros de la entrada al igual que su mejor amiga y el chico pelinegro–

–Tienes toda la razón, bruja. Esto es alucinante. –dijo Matt–

Mikaela solamente miraba la estructura del lugar. Prácticamente ese edificio debía ser bastante alto porque el techo de ese lugar era excesivo, cómo mucho seria de alrededor de trescientos sesenta y cuatro metros y de diámetro ni se diga.

Creo que entre mis manos, la de Alisson y el chico misterio, aún quedaría pequeño para lo ancho que este lugar. –pensó Mikaela–

Las vidrieras eran simplemente hermosa; en el diseño se podía admirar que estaban todas las criaturas mitológicas, bueno, casi todas.

A la derecha se encontraban un hombre lobo, una bruja, sirena, hada, y uno elfo solar. Claro es que estos estaban más abajo de la vidriera haciendo presenciar de mejor manera a él hombre lobo quien estaba transformando en su forma animal.

Mientras que en a la izquierda sobresale de entre ellos una raza, para ser exactos, la más temidas llevándose el primer lugar de ser las más terribles criaturas; los vampiros. El vampiro se puede decir que le parecía extrañamente familiar, bajo este se encontraban: un elfo nocturno, ogro, duende y por último, gárgola. Haciendo referencia a que estos eran las criaturas nocturnas.

–Le diré a él arquitecto que hizo este maldito lugar que me diseñé mi casa en un futuro. –dijo Alisson–

–Que sean por dos. –responde Mikaela– Es que la estructura, bueno, no solo la estructura. El diseño en general está hermoso. Parece sacado de un cuento de para niños de esos que nos contaban cuando éramos más pequeños.

–Literalmente. –concuerda Alisson–

La estructura era simplemente hermosa. Tenía un aura de antigüedad y de belleza única. Mikaela estaba sorprendida, ella no podía dejar de admirar el lugar.

Sin que ella supiera que desde lejos, la observaban.

[...]

–¿Que tanto miras allá fuera, amigo? –pregunta un elfo nocturno observando a el hombre vampiro que miraba a algún lugar en el patio de la universidad–

–Nada. –dice secamente, el otro sonríe de manera divertida–

–Oye vamos. Estabas mirando cómo si conocieras alguno de esas personas que llegaron ahora.

–Te dije que no estaba viendo nada, Lukas. –se gira sobre su propio pie el vampiro para enfrentarse a su amigo con el ceño fruncido– Mira que jodes, hombre.

–Oh, perdón mi príncipe. –dramatiza el tal Lukas– No fue mi intención molestar con mi asquerosa presencia a una persona de la realeza. –dice con burla–

–Lukas Trex, ¿sabías que eres un grandísimo imbécil, verdad? –entra una mujer con un gran porte magistral– En serio, Jossef no sé cómo eres amigo de él.

–Como mismo tengo que soportarte a ti que eres mi hermana. –responde Lukas con sorna–

–Serás desgraciado. –espeta la chica con furia, provocando que de sus manos sobresalieron fuego color negro con toque de azul en las puntas de sus llamas–

–Lukas, Lisak. Detenganse ahora mismo, sino quieren terminar tres metros bajo tierra en el cementerio que está a unas cuadras de aquí. –habló Jossef con voz autoritaria haciendo que ambos hermanos detuvieran sus intentos de acabarse uno con el otro–

Ambos inmediatamente se pusieron de rodillas frente a Jossef, con la cabeza baja.

–Perdón, su majestad. –dijeron al unísono–

–No fue nuestra intención que su majestad se molestase. –dijo Lisak con la cabeza baja–

–Si, lo mismo que dijo mi hermana. –concuerda Lukas–

–Bien. –suspira el vampiro– Pueden ponerse de pie. –ambos elfos nocturnos se levantan– Pero que no vuelva a suceder, ¿les queda claro, chicos?

–Si, su majestad. –ambos inclinaron un poco la cabeza– Larga vida a el príncipe vampiro, Jossef Hoffmann. –pusieron su mano derecha en el pecho mientras que la otra la tenían a un costado–

F A N T A S Í A Donde viven las historias. Descúbrelo ahora