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Habían pasado un par de días, Ailen le había hecho caso a Sam y no le había cuestionado a su madre nada, a pesar de que esta parecía querer decirle algo, siempre terminaba por agachar la cabeza cuando se encontraban dentro la casa. Sí, debía sentirse muy avergonzada.
Y aunque a Ailen le hervía la sangre con el simple hecho de verlos y saber que le estaban mintiendo de forma descarada, tenía que ser paciente hasta que pudiera ver a Sam, confiaba en que ella le diría la verdad, sus padres habían tenido meses y no se habían molestado, por lo que era ella quien ya no se quería molestar en tratar de sacarles algo de información.
Su madre le dolía mas que su padre, entendía que el hombre era por demás un caso perdido, pero su madre, ella pudo hacer la diferencia, se había esforzado por mantenerla en la ignorancia, viendo siempre por su esposo y el miedo que parecía tenerle.
Ese día intentaría salir de casa, necesitaba aire fresco, había prendido de nuevo su teléfono y había contestado solo una vez a los mensajes de Sam. No quería avisarle nada hasta que pudiera darse la oportunidad de escapar por unas horas, pero necesitaba verla y hablar con ella de una vez por todas.
Invitó a Sam de nuevo a su casa, quería verla y hablar con ella, le pidió que tuviera sumo cuidado al entrar por la ventana, no era lo ideal, y odiaba la idea de arriesgarla, pero la necesitaba, sin embargo, Sam se negó, por alguna razón le pidió que esperara y que no era el momento. Ailen no sabía a qué más tenía que esperar, simplemente quería que le dijera todo lo que sabía, Sam insistió en que necesitaba llevarla a su casa, donde podría explicarse mejor.
Ailen se resignó, se molestó un poco más por toda la situación, no estaba ayudando en nada, no había nuevos recuerdos, no sentía mejoría. Y se sentía abrumada.
Se encontraba en las escaleras dispuesta a salir al jardín, cuando oyó voces en la entrada, solo podía distinguir la de su madre, puso atención, pero no lograba saber quién era o más bien, quienes eran, ya que parecían varias personas, tuvo miedo por unos segundos, no descartaba la idea de Sam en su casa enfrentándose a su madre, pero le conocía muy bien la voz y supo de inmediato que no se trataba de ella, además de que acaba de mensajearse con ella para decirle todo lo contrario a lo que pensó en ese segundo.
Pronto oyó pasos, no supo si volver a arriba o quedarse donde estaba, no quería que la involucraran en una conversación incómoda ¿quién podría ser? jamás habían recibido visitas, cuando trató de girarse para retirarse su madre fue más rápida y llegó a la estancia donde logró verla a mitad de los escalones.
— Ailen cielo —. Ailen se giró y se encontró con que Rebecca era una de las personas que estaban con su madre. ¿Qué hacía ahí? y estaba con un muchacho que no lograba reconocer, pero es que no lograba identificar a nadie como quiera.
— ¿Rebecca? —. Bajó lentamente las escaleras, y se dirigió hacia ellos.
— Iba a subir a buscarte... —. Dijo su mamá con voz quebrada por el nerviosismo, claro que debía estar nerviosa, aun no lo habían hablado sobre nada, pero era claro que ambas sabían que era inminente que todo saliera a la luz, además de que debió preguntarse qué hacían ellos ahí buscándola. Su madre era lista, sabría que algo escondían o tramaban, pero aun así no dijo nada y se limitó a aparentar normalidad.
Ailen entendió que ese era todo su papel, solo mantenerse callada, ante su padre y ante todo.
— ¿Qué haces aquí? —. Preguntó Ailen a Rebecca ignorando por completo a su madre, vio a la otra castaña dirigir la mirada a su madre y luego a ella como pensando en que decir para no delatarse. Ailen sabía que tenía algo importante que contarle, sino no estaría ahí en su casa.— Subamos a mi habitación —. Propuso Ailen entonces, Rebecca asintió y su madre no protestó, aunque parecía querer hacerlo.
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En el corazón se pertenece
RomanceAilen despierta de un terrible accidente con la memoria afectada, no recuerda qué pasó, no recuerda ni a sus padres, se siente frustrada, agobiada y sobre todo, engañada, conforme pasan los días, siente que no le están diciendo toda la verdad, quier...